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Más caro el caldo que las albóndigas
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha ofrecido que en su gobierno se acabará la corrupción y que ahora sí llegó la hora de los pobres de México
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El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha ofrecido que en su gobierno se acabará la corrupción y que ahora sí llegó la hora de los pobres de México; que, además, México crecerá cuatro por ciento y entonces todos viviremos felices. Sin embargo, la realidad resulta ser más necia que todas las posturas irracionales que se han planteado a lo largo de la historia de la humanidad y, finalmente, se abre paso la verdad y la racionalidad. Es así como el gobierno de López Obrador ha centrado sus baterías en usar el Presupuesto de Egresos de la Federación para darle dinero en una tarjeta electrónica a los mexicanos y defender el neoliberalismo al que dice atacar, pues la gente gastará su dinero en productos neoliberales como Coca-Cola, Pepsi-Cola, Marinela, Bimbo, etc. Dice AMLO que ésta es una de maneras más adecuadas para resolver la corrupción, pues se evitarán los “moches” al darle dinero directamente a la gente y el efecto de los perversos “intermediarios” entre los que siempre menciona a la “Antorcha mundial”, por supuesto, sin prueba alguna, porque es falso. Pero la corrupción no acabará con eso, pues el propio gobierno ha realizando adjudicaciones de manera directa; sí, ya no habrá moches, porque habrá “megamoches”.

La necesidad económica de la gente y la falta de politización es tan grande que el pueblo mexicano puede ver esta propuesta de recibir dinero en efectivo como “algo bueno”, como una novedad; sin embargo, la misma realidad se encargará de darle de golpes constantes y demostrarle que así no se resolverán sus problemas, pues la pobreza, como hemos visto, no se resuelve dándole dinero a la gente, sino mediante la organización y educación del pueblo, con lo cual se debe luchar por el poder político de México y con él, de forma responsable, pero profunda, cambiar el modelo económico.

El primer costo para los pobres es que, mal que bien, los programas anteriores sí ayudaban en algo a la gente: Seguro Popular, Prospera, etc., lo grave es que se suspenden todos esos programas que habían estado apoyando a los más pobres durante varios sexenios y que solo cambiaron de nombre, pero no de esencia, como era Prospera, Solidaridad, Oportunidades, Seguro Popular, Comedores Comunitarios, etc., y que, aunque tampoco significaron la solución para la pobreza, mal que bien, le daban a la gente algunas medicinas, algunos recursos por las becas de sus hijos, alimentos en las escuelas y comunidades, estancias infantiles para las madres trabajadoras, refugios para mujeres maltratadas, etcétera.

Ahora bien, un segundo costo, y el más importante, es ¿qué van a hacer los jóvenes por un año con 118 pesos diarios, o los adultos mayores con 40 pesos al día, los estudiantes de prepa con 26 pesos diarios? ¿Saldrán de la pobreza con ese raquítico apoyo? No harán nada y no saldrán de la pobreza, por el contrario, comenzarán a sufrir los embates del escaso o nulo crecimiento de la economía, porque se incrementará la inflación y, con ella, se perderá la capacidad adquisitiva de los que recibirán dinero y, lo peor del caso es que les darán dinero, pero quedaremos endeudados, seguiremos pagando el 16 por ciento de IVA de lo que nos dan y, finalmente, con el aumento de precios nos alcanzará para menos.

El modelo económico planteado por AMLO no va a generar crecimiento económico y va a fracasar en su intento por acabar con la pobreza. Los indicios de su fracaso están a la vista:

En primer lugar, por segunda ocasión consecutiva se reduce la estimación de crecimiento de México, pues en febrero se creció al 1.7 por ciento cuando se estimaba al 2.5 por ciento; pero hoy salió la noticia de que el propio Gobierno reduce las expectativas de crecimiento, que eran del rango de 1.5 a 2.5 por ciento a solo un rango de 1.2 a 2.1 por ciento, es decir, como máximo esperaremos un 2.1 por ciento. Mal síntoma.

En segundo lugar, el Presidente, candidato durante 18 años, estuvo criticando el rescate bancario a cargo de los mexicanos por el Fobaproa; pero la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México es el nuevo Fobaproa, porque nos va a salir más caro cancelarlo que terminarlo; por 30 años vamos a tener que pagar con nuestro esfuerzo y nuestros impuestos.

En tercer lugar, es de vital importancia dar a conocer que el Gobierno Federal ha dado a conocer algo que se propone y que contradice los principios que ha expresado: si estamos en el máximo nivel de la austeridad republicana, o bien, como dijo recientemente Alfonso Romo, en pobreza franciscana, entonces ¿por qué el Gobierno Federal pide prestado un dinero que al rato vamos a pagar los mexicanos? Resulta que el gobierno emitió bonos con los que endeudará a los mexicanos por un monto equivalente a dos mil 500 millones de euros (53 mil 775 millones de pesos mexicanos).

En cuarto lugar, el Gobierno con sus políticas fallidas y su poca visión de largo plazo, redujo la recaudación, pues en primer lugar, como se le advirtió al gobierno de AMLO, la reducción del IVA en la frontera tendría un impacto de 110 mil millones de pesos, que se dejarían de recibir y ya lo podemos ver: “Para febrero, el informe de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público muestra que la recaudación de IVA sigue en retroceso y que los ingresos reales apenas crecieron 0.4 por ciento. Durante el primer bimestre de 2019, los ingresos presupuestarios retrocedieron 3.9 por ciento en términos reales. Lo anterior ya tiene efectos en el gobierno de México. Algunos de los principales funcionarios del gabinete económico han comenzado a plantear posibles recortes (o reasignaciones) del gasto público”, declara el doctor José Luis de la Cruz en El Sol de México (edición del cuatro de enero).

Finalmente, el gobierno de Estados Unidos ya cerró su frontera con México, lo que afectará toda la industria nacional exportadora y, a consecuencia de ello, los empleos de millones de mexicanos; mientras, el Presidente se distrae solicitando unas disculpas que ya fueron ofrecidas y haciendo el ridículo internacional.

Resultado: menos empleos, bajos salarios, bajo crecimiento económico, reducción significativa de la inversión pública y privada, pleito con España y con Estados Unidos, sin aeropuerto, mayor inseguridad, sin estancias infantiles, sin comedores, sin medicinas, pidiendo prestado, etc., y todo a cambio de una limosna social. Más caro el caldo que las albóndigas. Ésta es la 4T.


Escrito por Brasil Acosta Peña

Doctor en Economía por El Colegio de México, con estancia en investigación en la Universidad de Princeton. Fue catedrático en el CIDE.


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