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Todas las bellas artes pueden servir para inculcar valores, pues esta es una de sus funciones. Las artes son una herramienta para conocer el mundo, pero no el mundo en general, el abstracto, sino el concreto y que es fruto de la visión del artista. El arte nunca es imparcial y parte de su riqueza deriva precisamente de la posición ideológica de su creador.
En un país como México, donde el pueblo fue despojado de su historia y al que le han metido en la cabeza una cultura que lo aleja del conocimiento y del análisis de los problemas nacionales, que pueden ayudarlo a transformarla su realidad, es necesario un arte que recuerde a los mexicanos su pasado y les inculque cariño a su cultura propia.
Jorge González Camarena, quien perteneció a la llamada segunda generación de muralistas mexicanos, explora el sentimiento de nación que nos hace reflexionar sobre nuestro pasado. El conocimiento de la historia de México es vital para que el sentimiento de identidad de los mexicanos se fortalezca, los unifique y posibilite la acción de las masas del pueblo.
González Camarena era oriundo del estado de Jalisco, aunque su educación la recibió en la Academia de San Carlos de la Ciudad de México (CDMX). El clima artístico que predominó en sus años estudiantiles era el nacionalista, cuando la primera generación de muralistas mexicanos ─Orozco, Siqueiros y Rivera, por mencionar algunos─ aún estaba en auge. Rivera fue su profesor en San Carlos.
Las pinturas del creador jalisciense se caracterizan por retratar momentos históricos del pueblo mexicano, entre los que destacan la Independencia y la Revolución de 1910, aunque también se ocupan de la vida cotidiana y proponen imágenes de una sociedad futura con mejores condiciones que las de su tiempo. Tal es el caso del mural La fusión de dos culturas y Abrazo, que invocan la Independencia; Veterano, la Revolución de 1910; Frisios de la Televisión, la vida cotidiana y Liberación que propone una imagen futura del pueblo mexicano y la humanidad.
Pero este gran pintor no se limitó a reproducir magistralmente episodios históricos. González Camarena estudió el arte mexica y, entre sus descubrimientos asombrosos, destacan los frescos de la iglesia de Huejotzingo, Puebla, creados por Marcos Cipactli, el último pintor azteca, el primer artista plástico mexicano y autor del lienzo original de la Virgen de Guadalupe.
González Camarena no fue un artista individualista y mezquino, sino que, como todos los muralistas, creía firmemente que el arte plástico mexicano tiene una historia riquísima que los creadores modernos deben conocer y enriquecer para reflejar las carencias del pueblo en sus obras, para que éste se haga consciente de ellas y, unido y organizado, no pierda su identidad en el mundo globalizado.
Es necesario que el trabajo de estos pintores no quede en el olvido y cumpla el papel que ellos tenían en mente: educar al pueblo en el conocimiento de su historia, su cultura y su arte nacional. Esta tarea, sin embargo, está ahora en nuestras manos y es nuestra obligación desarrollarla, difundirla y promoverla.
Escrito por Alan Luna
Maestro en Filosofía por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).