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La indiferencia de AMLO ante los feminicidios
El hartazgo que este fenómeno criminal ha generado en los mexicanos se debe a que día a día crece el número de mujeres asesinadas y desaparecidas, la cifra supera con mucho la de las víctimas de las últimas dos décadas.
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¡Justicia!, ¡justicia!, ¡justicia!, clamaron el pasado 24 de abril madres, padres, hermanas y familiares tanto en el Paseo de la Reforma, el Monumento a la Revolución y el Ángel de la Independencia de la Ciudad de México (CDMX), como en Guadalajara, Puebla, Monterrey y otras ciudades del país para protestar contra el aumento exponencial de feminicidios y la indiferencia que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha mostrado en el combate contra este grave problema social.

El hartazgo que este fenómeno criminal ha generado en un amplio sector de los mexicanos se debe a que día a día crece el número de mujeres asesinadas y desaparecidas, la cifra supera con mucho la de las víctimas de las últimas dos décadas mientras el Gobierno Federal carece de una estrategia para enfrentar la gravedad del problema. En los tres primeros años de la administración de AMLO, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNL) ha reportado la desaparición de siete mil 911 mujeres.

Pero mientras para el Gobierno Federal, las víctimas solo son cifras, para sus familiares son personas y una “angustia diaria” que difícilmente pueden superar en años. Esta situación dramática pudo observarse durante los días pasados en los padres de Debanhi Escobar, joven neoleonesa de 18 años cuyo caso cobró relevancia nacional durante los 13 días en que su familia y muchas personas solidarias la buscaron afanosamente hasta lograr la localización de su cadáver.

 

 

En un principio, los padres dejaron la investigación en manos de la Fiscalía General del Estado de Nuevo León (FGENL); pero ante la pasividad de ésta, alzaron la voz y emprendieron por iniciativa propia su búsqueda. El 22 de abril, tras el hallazgo del cuerpo, el caso se complicó debido a las versiones encontradas generadas por la misma FGENL, ya que inicialmente declaró que no había hallado a la joven en el lugar donde se le había visto por última vez, es decir afuera del motel Nueva Castilla.

Esto había ocurrido en la madrugada del nueve de abril; a trece días de la desaparición, el cuerpo de Debanhi fue hallado en una cisterna ubicada justo en el lugar donde habían revisado las autoridades. Por ello, sus padres y los colectivos de mujeres que ayudaron a buscarla desconfían de las autoridades y demandan justicia, no solo por la desaparición de Debanhi, sino también por las miles de mexicanas que han desaparecido en México durante los últimos tres años y medio.

Mientras se buscaba a la joven de Escobedo, Nuevo León, fueron encontrados otros cinco cuerpos de mujeres menores de 18 años. La Comisión de Búsqueda de Nuevo León (CBNL) reportó que, entre las 19:00 del 17 de abril y las 19:00 del 18 de abril, es decir en solo 24 horas, fueron localizadas siete mujeres reportadas como desaparecidas, pero cinco de ellas estaban sin vida.

 

 

Frente a tales acontecimientos, colectivos de feministas y familiares recurrieron a la protesta pública para exigir justicia a las autoridades federales. Del Presidente no hubo ninguna respuesta, ya que un día después guardó silencio. Fue hasta el martes 26 de abril cuando en su conferencia matutina, forzado por la pregunta de una reportera, apenas hizo referencia al tema y, como en otros casos, solo para acusar a los colectivos feministas de “conservadores” y tratar de “desestabilizar” su gobierno.

Cuestionado sobre si se reunirá con familiares de desaparecidos y de víctimas de feminicidios en otras entidades titubeó y evidenció que no sostendrá encuentros directos con los familiares. Además, se justificó aduciendo que cada vez que puede tiene comunicación “con la gente, con todo el pueblo” y que su gobierno está “atendiendo como nunca, nunca se había atendido. Es difícil que yo convenza a los conservadores, a los fifís. Antes, a todas las asociaciones se les daba dinero, no se atendía el problema, era, para que nadie hablara”.

Además, el Presidente atribuyó el aumento de los feminicidios y desapariciones al modelo económico neoliberal para evadir la responsabilidad de su gobierno en el crecimiento desmedido de estos actos delictivos.

 

Gobierno indiferente

En días pasados, la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas (CNBP), que depende de la Secretaría de Gobernación (Segob), reveló que, durante la administración de AMLO, el RNPDNL había registrado la desaparición de siete mil 911 mujeres, cifra que duplicaba el número de las desaparecidas en el mismo lapso del sexenio presidencial anterior.

Entre el 1° de diciembre de 2012 y el 24 de abril de 2016, cuando gobernaba Enrique Peña Nieto, hubo tres mil 713 desapariciones de mujeres; entre el 1° de diciembre de 2006 y el 24 de abril de 2010, durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, se reportaron 987 mujeres desaparecidas o no localizadas.

Sin embargo, ni este incremento sustancial en el número de desapariciones ni el dolor de los familiares de las víctimas conmueve al actual Gobierno Federal. El Presidente se ha limitado a encargar al subsecretario de Derechos Humanos de la Segob, Alejandro Encinas, atender las demandas de apoyo de los familiares de las víctimas de feminicidios y desapariciones, pero esta oficina tampoco resuelve ningún caso.

Por ello, los familiares y las organizaciones civiles dedicadas a buscar desaparecidos se sienten engañados por el actual Gobierno Federal. Cecilia Flores Armenta, fundadora del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, reveló que, en una ocasión, se reunió con los funcionarios de esta dependencia, pero que nada resolvieron. “Nos dicen que sí a todo, pero la verdad, después de salir de esa reunión no pasa nada, son insensibles a la situación que estamos viviendo miles de familias”.

 

 

Además de con Encinas, el colectivo Madres Buscadoras de Sonora ha sostenido encuentros con funcionarios de menor rango, pero el resultado fue el mismo: ninguna acción gubernamental destinada a buscar a los desaparecidos. Esta agrupación realizó, la semana pasada, tareas de búsqueda en Jalisco sin que el sonido de sus palas cavando la tierra llamaran siquiera la atención de las autoridades, de quienes ahora solo reciben desdén.

En entrevista por buzos, Cecilia Flores informó que la petición principal de las Madres Buscadoras es que el Gobierno Federal se encargue de las investigaciones y la búsqueda de los desaparecidos y no las familias, porque “las madres nos arriesgamos a sufrir ataques, no sabemos si de los cárteles o de las mismas autoridades, cuando éstas debieran ser las que estuvieran en la búsqueda de nuestros desaparecidos, y no nosotros como padres. Pero nada de eso ha ocurrido, nada, si no los buscamos nosotros, ellos no hacen nada”.

De acuerdo con el RNPDNL, del 15 marzo de 1964 al 24 de abril de 2022 han desaparecido 99 mil 289 personas, de las cuales 24 mil 839 son mujeres. Actualmente, cada 24 horas desaparecen 10 mujeres en México, afirmó Christel Rosales, coordinadora del Programa de Justicia de la asociación civil México Evalúa, y la mayoría de los casos no tiene solución y permanece impune.

Otro grave problema se produce cuando las autoridades federales y las fiscalías locales atraen la investigación de desapariciones y feminicidios, ya que generalmente se desarrollan con extrema lentitud, “no se agotan las líneas de investigación, no se permite a las víctimas participar en la investigación y no se transparentan las diligencias, ni se coordinan adecuadamente las instituciones. La agenda de justicia y el fortalecimiento del sistema penal se han dejado a la deriva”, comentó Rosales a El Heraldo de México.

 

La desaparición de Debanhi

Debanhi Susana Escobar Bazaldua atrajo la atención de la opinión pública luego de que sus padres denunciaran que la FGENL cometió varias irregularidades. Una de ellas consistió en que se tardó más de dos semanas en buscarla; y solo cuando fue exhibida, agilizó la búsqueda.

Mario Escobar, padre de la víctima, denunció que la FGENL “no hizo bien su trabajo”, ya que, a pesar de que las autoridades afirmaron que habían realizado una “búsqueda masiva”, Debanhi fue encontrada por brigadas integradas por vecinos y familiares, precisamente donde la joven había sido vista por última vez.

Debanhi acudió a una fiesta el nueve de abril; y de acuerdo con las declaraciones que recabó la fiscalía, tres de sus amigas dejaron el convivio, pero ella se quedó en espera de un taxi de “confianza” que supuestamente le enviaron las amigas. Sin embargo, aún no aclaran los motivos por los que fue abandonada en la carretera que va de Monterrey a Nuevo Laredo. Cerca de las 4:30 de la mañana fue vista con vida luego de que el conductor tomara una fotografía de la joven en la carretera la cual —según declaró—, envió a sus amigas.

Inicialmente, la fiscalía afirmó que no había cámaras de vigilancia en el motel Nueva Castilla, por lo que se desconocía cómo llegó Debanhi hasta la parte de atrás del inmueble. Sin embargo, el lunes 26 de abril se informó que había tres videos del motel, sin que hasta el cierre de la edición de este semanario se diera a conocer su contenido.

Las autoridades locales recabaron imágenes de las cámaras de los hoteles y empresas ubicadas en esa zona; en una de las grabaciones, comentó Mario Escobar, se ve cómo el conductor extiende la mano a los pechos de la joven, por lo que el padre deduce que ella trató de huir de su acoso y se bajó del vehículo.

 

 

En un comunicado oficial, la FGENL informó que el cuerpo fue localizado en una cisterna de un predio perteneciente al motel Nueva Castilla, sobre la carretera Monterrey-Nuevo Laredo. En un video publicado por redes sociales, el padre de Debanhi reclama y cuestiona a las autoridades afuera del motel: “¿Por qué tardaron tanto? ¿Cuántas veces estuvieron aquí?”.

Familiares y grupos feministas salieron a las calles de Monterrey el viernes 22 de abril para exigir justicia por la muerte de la joven. Las manifestaciones se replicaron en varias ciudades, pues lo ocurrido a la joven de 18 años obliga a pensar en el peligro al que están expuestas muchas mujeres en el país.

El 24 de abril, en la CDMX, se organizó una manifestación cuyas integrantes colocaron flores e imágenes de mujeres desaparecidas y asesinadas en los cristales del edificio de la Fiscalía General de la República (FGR); entre las fotos estaba la de Debanhi, por quien gritaron “¡Justicia!”. Para evitar una acción parecida, el edificio de la Fiscalía General de CDMX (FGCDMX) fue cercado con vallas de metal.

“Es muy importante que la ciudadanía tenga en cuenta que hacemos todo esto porque el Estado le falló a una familia que ahora está en dolor y le está fallando a muchas familias más en Nuevo León, que en este momento no saben dónde están sus hijas, que no las pueden encontrar. Esto solamente demuestra la ineptitud de la fiscalía”, declaró una de las manifestantes.

En Nuevo León, la Comisión de Búsqueda reportó que, del 1° de enero al 17 de abril de 2022, se registraron 327 alertas por desaparición de mujeres, cuyo promedio es de tres desapariciones diarias. De este total, 294 mujeres han sido localizadas, 289 con vida, cinco sin vida y 33 siguen desaparecidas.

Cuando al Presidente se le informó sobre el caso de Debanhi durante una conferencia matutina realizada en Veracruz, se limitó a expresar su deseo de que la autoridad local hallara a la joven. “Estamos expresando nuestro deseo que se aclare lo que sucedió y, sin adelantar juicios, ayudar en la investigación si lo solicita el gobierno de Nuevo León”, declaró.

 

“Si no buscamos nosotros, quién…”.

A la fecha, cerca de dos mil madres se han sumado al colectivo Madres Buscadoras, quienes actúan en varias entidades de la República, en la mayoría de los casos sin apoyo de las autoridades. Desde su fundación en 2019 han encontrado a unas 900 personas, de las cuales 800 han sido entregadas a sus familiares, pues se hallaban en estado de indigencia. Las otras 100 fueron los restos de personas.

Cecilia Flores reveló que, en las acciones de búsqueda por varias entidades, el colectivo ha constatado que la mayoría de las autoridades actúan con apatía, indiferencia e inmisericordia porque, para los burócratas, “nuestros desaparecidos son una estadística más; pero para nosotros, las familias, es nuestra vida y nos arriesgamos por ellos, por buscarlos”.

 

 

Sobre las acusaciones del Presidente, en torno a que los colectivos son grupos de “conservadores”, la fundadora de Madres Buscadoras de Sonora, comentó que las desapariciones no son de este sexenio, pues existen personas que buscan a sus familiares que desaparecieron hace 40 o 50 años y que otros gobiernos fueron igualmente insensibles, apáticos y burocráticos; pero destacó que, en el caso de AMLO, no solo no se les apoya, sino que además se las insulta y acusa sin fundamentos.

Por último, advirtió que a pesar de que hay alrededor de 100 mil desaparecidos en México, son muy pocos los familiares que buscan a sus parientes y que esto se debe, fundamentalmente, al desinterés de las autoridades gubernamentales, a quienes no conmueve que muchas madres estén detrás de un teléfono, compartiendo, llorando y suplicando.

“Después de que desapareció mi hijo Marco Antonio, aparece el colectivo Madres Buscadoras de Sonora, localizando personas cada vez que salimos a búsqueda, no es una búsqueda negativa. Hemos encontrado tantas personas y esas personas ‘hubieran’ seguido ausentes en su casa, hubieran seguido en una fosa clandestina. Justo ahora estamos buscando en una zona y aunque no sea mi hijo, son hijos de otras madres”, puntualizó Cecilia Flores.


Escrito por Trinidad González .

Reportero. Estudió la maestría en Periodismo Político en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García.


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