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Enfermedades emergentes
En la historia ha habido varias enfermedades consideradas emergentes que causaron problemas regionales o en el mundo entero, aunque la magnitud de sus efectos fue distinta dependiendo del desarrollo científico y tecnológico de la época.
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Una enfermedad la podemos definir como una alteración en el buen funcionamiento de las células y tejidos del huésped debido al efecto continuo de organismos patógenos (agentes bióticos) o factores ambientales. Cuando hablamos de enfermedades causadas por agentes bióticos, puede ocurrir que hablemos de una enfermedad conocida.

Sin embargo, a lo largo de la historia han surgido infinidad de nuevas enfermedades. Éstas son conocidas como enfermedades emergentes. Sus efectos pueden llegar a ser tan graves que afecten la economía de un país por muchos años.

Las enfermedades infecciosas en plantas provocan una reducción de la cosecha, de la calidad del producto, limitan la disponibilidad de alimentos y materias primas. En animales provocan muerte, reducción de la productividad, de la calidad de los productos.

La necesidad de estudiar las enfermedades en plantas y animales ha aumentado por las circunstancias actuales. La humanidad se enfrenta a la necesidad de alimentar a una población creciente que demanda alimentos de buena calidad y accesibles. Dentro de los factores que afectan la cosecha de los alimentos, las enfermedades son las más relevantes y, sobre todo, las enfermedades fungosas. Esto debido a que ahora contamos con más herramientas para controlar plagas y malas hierbas que para controlar patógenos. Y entre los animales también juegan un papel importante, dado que afectan la calidad o incluso imposibilitan el consumo de los productos pecuarios. Además de afectar la cosecha o la calidad de los productos pecuarios, también influyen en la decisión de elegir una variedad o raza por parte del agricultor o ganadero. Por último, las enfermedades o plagas también interfieren en los costos de producción.

Las enfermedades más devastadoras son las que no se conocen. No sabemos qué medidas sanitarias debemos ejecutar o que tratamiento aplicar puesto que desconocemos a los organismos que las provocan.  

En la historia ha habido varias enfermedades consideradas emergentes que causaron problemas regionales o en el mundo entero, aunque la magnitud de sus efectos fue distinta dependiendo del desarrollo científico y tecnológico de la época.

 En Irlanda, para el siglo XVI, ya se cultivaba la papa (que había sido traída de Los Andes). Este cultivo resultaba idóneo debido a que se podía establecer en lugares pedregosos y los animales no se lo comían. Con el paso del tiempo se convirtió en un alimento básico para los irlandeses debido a que Irlanda era una colonia inglesa y su población, demasiado pobre, veía en este cultivo un alimento idóneo para sobrevivir. La papa se veía en todos lados y, a mediados de la década de 1840, comenzó la tragedia. Las plantas comenzaron a enfermar. y el problema se propagó tan rápido que provocó una crisis alimentaria. Miles de personas murieron de hambre debido a la falta de su alimento básico. Esta enfermedad que se dio en la papa se conoce ahora como Mildiu o tizón tardío.

Un ejemplo más reciente es el que ocurrió entre el verano y el otoño de 2011 en el noroeste de Alemania y la región oriental de los Países Bajos, donde apareció un síndrome caracterizado por una baja en la producción de leche y la presencia de fiebre y diarrea que perduraban por más de tres semanas en los hatos lecheros. Este síndrome, no identificado hasta entonces, tomó el nombre de virus de Schmallenberg.

A diferencia de lo ocurrido en Irlanda, aquí se procedió de manera inmediata a realizar análisis de sangre para identificar que ocasionaba los daños.

¿Qué fue lo que permitió que pudiera procederse de otra manera? En primer lugar, el desarrollo científico y tecnológico de hoy día es muy diferente. Las condiciones actuales permiten actuar de manera rápida. ¿Pero, en todos los países se puede responder de esa manera tan eficaz y tan rápida? Claramente, no. Es necesario que se destinen recursos a las Universidades, a las instituciones públicas y que en los diferentes países se promueva la investigación científica.


Escrito por Bryan Alexis Domínguez López

Colaborador


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