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En los últimos años, las pantallas “chicas” de la televisión y el internet brindan una de las mejores formas para ver cine, que ha tenido mucho éxito. Hoy en día hay “plataformas digitales” VBD (video bajo demanda) cuya popularidad ha crecido enormemente desde el año 2000, cuando este tipo de videos, cintas, documentales, etc., pudieron verse al mismo tiempo que se descargaban, técnica basada en el streaming: retransmisión en directo o continua. Las plataformas contratan lo mismo a grandes realizadores que a buenos artesanos de la cinematografía dedicados a la creación de cintas de ficción, documentales, series completas, etc. para satisfacer un mercado cada vez más amplio.
Para muchos cinéfilos y espectadores de series, resulta más cómodo, barato y rápido disfrutar de estas obras a través de las plataformas, porque éstas, además, disponen de catálogos donde pueden seleccionarlas por vía de su género cinematográfico, tema y antigüedad. Netflix, la principal plataforma de contenidos VBD, en 2007, apenas tenía poco más de 10 millones de suscriptores y operaba únicamente en Estados Unidos y este año ya cuenta con cerca de 160 millones de suscriptores en el mundo. Actualmente, estas plataformas están compitiendo y aun superando las formas tradicionales de hacer cine y algunos de sus filmes y realizadores han ganado grandes certámenes cinematográficos, como recientemente ocurrió con Roma, de Alfonso Cuarón y El irlandés, de Martin Scorsese, que compitieron por los premios Óscar.
Un acierto de los productores de estas plataformas se halla en la creación de series de contenido histórico o científico, donde resalta su objetividad o apego a la realidad. En esta entrega comentaré, a través de dos partes, una miniserie que fue producida en 2019 y estrenada en enero de 2020 por la plataforma Netflix. Se trata de El ascenso de un imperio: Otomano, del realizador turco Emre Sahin. Se trata de un docudrama (mezcla de documental y drama) sobre la caída del Imperio Romano de Oriente a manos del Imperio Otomano en 1453.
Escrito por Cousteau
COLUMNISTA