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Discurso del 45 aniversario del Movimiento Antorchista en el Estadio Azteca
Es nuestra hora y, como mexicanos, tenemos el derecho de organizarnos para pasar al siguiente nivel; es decir, formar nuestro propio partido, luchar y tomar las riendas del poder político nacional.
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Antorcha nació hace 45 años porque el ojo visionario del líder nacional de esta organización, el ingeniero Aquiles Córdova Morán, después de estudiar científicamente la realidad nacional, proporcionó a los menesterosos una poderosa herramienta para su liberación; un arma para salir de su atraso ante la injusta distribución de la renta nacional, pues los que trabajan en este país no disfrutan de la riqueza que producen y los que disfrutan de la riqueza, no trabajan; y esa herramienta es la educación y la organización del pueblo mexicano, conforme a sus derechos, que están consignados en los artículos 6º, 8º y 9º de nuestra Constitución.

El pueblo mexicano representa una fuerza enorme; sin embargo, sin educación política y sin unidad, está condenado a ser víctima del engaño y a vivir bajo una vergonzosa tutela, como mencionó Ignacio Manuel Altamirano. Por eso, el motor de nuestra vida política y de nuestra actividad es la educación y la organización del pueblo mexicano. Hoy cumplimos 45 años haciéndolo y me siento orgulloso de ver este estadio lleno de mexicanos que han despertado, que han abierto los ojos y que hoy dicen ante la nación: ¡estamos listos para salir del capullo y volar en las alturas de la vida política de nuestra nación!

La razón del Movimiento Antorchista es la injusta distribución de la riqueza que ha hecho que unos cuantos tengan mucho y muchos tengan muy poco en nuestro país. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) de 2008 a 2018, 6.4 millones de personas tienen un ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos y en total 61.1 millones de mexicanos están en esa condición.

El modelo económico neoliberal, lejos de resolver los problemas de distribución de la riqueza, los ha agudizado. Abandona a la población a la deriva en “el tormentoso mar” de la economía de mercado. La escuela pública ha sido desprestigiada para buscar la opción privada; los hospitales públicos son de mala calidad para que la gente vaya a las clínicas particulares; en materia de pensiones, ya el Estado se deslinda de la responsabilidad en torno a las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores) y lo deja a organismos privados; los servicios de transporte no son empresas del Estado, sino concesiones a empresas particulares.

Ya desde el 40 aniversario que celebramos hace cinco años en este mismo lugar, nuestro querido maestro advirtió a los mexicanos que había un remedio, en el marco de esta economía capitalista, para salir del rezago y combatir efectivamente la pobreza mediante cuatro puntos fundamentales que aún son vigentes:

Primero. Dar empleo a todos los mexicanos que quieran trabajar.

Segundo. Elevar los salarios de manera que al mexicano le alcance para vivir con decoro.

Tercero. Cambiar a una política fiscal política progresiva, es decir, que paguen más los que ganen más.

Cuarto. Reorientar el gasto público a las obras y servicios de los más desprotegidos.

Pero señaló también que tenemos el reto de convertirnos en una fuerza poderosa mediante el 1x1x1, en la que cada uno de nosotros tiene la tarea de convencer a uno más en el plazo de un año. Hago un llamado a todas las fuerzas del antorchismo: activistas, plenistas y antorchistas en general, a que hagamos el compromiso, delante de nuestro querido maestro, de que vamos a cumplir con el encargo.

Finalmente, el pueblo mexicano debe aprender la lección para no caer en los mismos errores. La falta fundamental ha sido creer que con participar en la votación ya es suficiente y solo hay que sentarse a esperar el cambio. Ése ha sido el grave error. No basta ya con ir a votar y dejar en manos de alguien más las riendas del país. Es fundamental que el pueblo participe y se involucre en la vida política de México, más allá de la votación. El pueblo mexicano, una vez más, creyó el discurso de los políticos y creyó que Andrés Manuel López Obrador  (AMLO) acabaría con la pobreza y con la corrupción.

En relación con lo primero, las medidas que ha tomado la “Cuarta Trasformación” (4T) para disminuir la pobreza son equivocadas: dar dinero en efectivo a la gente no va a resolver el problema, pues la gente consumirá lo poco que le van a dar, si es que le dan, y seguirá igual de mal que antes. Y si a ello le agregamos una tasa de crecimiento económico de cero, eso significa que subirán los precios de la canasta básica, que no habrá nuevos empleos y que la condición de pobreza se agudizará.

En relación con lo segundo, es cierto que está combatiendo la corrupción, pero como el mal médico que al ver una infección en la uña del pie receta cortar toda la pierna para componer el mal. Efectivamente, por presunta corrupción, sin demostrarla, se cerraron las estancias infantiles que ya no permiten a las madres ir a trabajar; se cancelaron los comedores comunitarios en escuelas y colonias; desapareció el seguro popular y el programa prospera; antes, los niños de primaria y secundaria recibían una beca; todo eso fue suspendido; cancelaron también las obras de infraestructura para las colonias y comunidades.

Por ello, los antorchistas dimos una lucha de resistencia en la Cámara de Diputados, para demostrar que los diputados antorchistas sí estamos con el pueblo de México. Quedó claro que los legisladores morenistas de la 4T mintieron, traicionaron y robaron al pueblo.

Pero una cosa más grave está haciendo la 4T; el gobierno de AMLO está trazando el camino para coartar el derecho de organizarnos como mexicanos, derecho que hoy por hoy está plasmado en nuestra Constitución. Está en marcha una ofensiva para desmantelar todos los equilibrios existentes en el gobierno, para dejar el camino libre a la concentración del poder en una sola persona, la del Presidente de la República. Hay una clara campaña para acallar las voces críticas contra el régimen de la 4T.  Se está instaurando un régimen de terror fiscal contra todo el pueblo de México y un modelo de persecución contra los enemigos de la 4T; mientras exonera a los suyos, tiene en la cárcel a otros por mera venganza política.

A un año de gobierno, los resultados de la 4T no corresponden a lo prometido: la inseguridad crece en nuestro país. 2019 es el año más violento de la historia reciente de México y eso ya es responsabilidad de la 4T. Nos dicen que ya se acabó el neoliberalismo en México y se firma un tratado de libre comercio más neoliberal que el anterior. Cae 9.6 por ciento la producción de Petróleos Mexicanos. El crecimiento económico está en cero; Dos bocas y el Tren Maya, proyectos insignia del gobierno actual, no revertirán esta situación; se canceló el aeropuerto en Texcoco para hacer otro aeropuerto por mero capricho; no hay responsables por los muertos de Tlahuelilpan, a un año de la tragedia. Ésa es la 4T gobernando.

Como se ve, no podemos dejar el poder de la nación en manos de políticos que llegan al cargo y se olvidan, se alejan y maltratan al pueblo o solo se acuerdan de él cuando hay elecciones y le prometen limosna social a cambio de su voto.

Es nuestra hora y, como mexicanos, tenemos el derecho de organizarnos para pasar al siguiente nivel; es decir, formar nuestro propio partido, luchar y tomar las riendas del poder político nacional. ¿Para qué? Para devolver al pueblo mexicano su grandeza. Para formar un hombre nuevo: más solidario, más educado, más culto, mejor alimentado, más sano, deportista y humanista, disciplinado y trabajador, un mexicano que cree la riqueza, pero que tenga la posibilidad de disfrutarla. Eso quiere Antorcha para el pueblo, eso quiere Antorcha para ti. Por eso, ¡vamos a seguir creciendo para ser una fuerza capaz de hacer de México una patria más justa, más libre, más soberana, más independiente y equitativa con sus hijos! ¡Estamos listos y ha llegado la hora de demostrarlo! ¡Viva el Movimiento Antorchista! ¡Viva Aquiles Córdova Morán! ¡Viva la lucha del pueblo organizado! ¡Viva México! 


Escrito por Brasil Acosta Peña

Doctor en Economía por El Colegio de México, con estancia en investigación en la Universidad de Princeton. Fue catedrático en el CIDE.


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