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Los gobernadores morenistas de Puebla, Miguel Barbosa; de Veracruz, Cuitláhuac García y de Chiapas, Rutilio Escandón, tienen en común no solo las peores evaluaciones ciudadanas sino, además, su ineptitud, arrogancia y mala estrategia para enfrentar la pandemia del Covid-19, el combate a la pobreza y los problemas de seguridad pública.
En lo que va del año, varias empresas demoscópicas han levantado encuestas para evaluar a los 32 gobernadores estatales de la República, entre quienes destacan, por su mal desempeño, los provenientes del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador. A los tres mandatarios locales morenistas citados, se agrega el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, uno de los más identificados con el Presidente; los priistas Alfredo del Mazo, del Estado de México (Edomex); Miguel Riquelme, de Coahuila; Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán, emanado del Partido de la Revolución Democrática (PRD); y Adán Augusto, de Tabasco, tampoco tienen los mejores puntajes.
Consulta Mitosky, Arias Consultores, Campaigns and Elections (publicación especializada en procesos electorales) y México Elige, han aplicado varios estudios de opinión ciudadana para medir el grado de aceptación y rechazo del trabajo de los gobernadores.
En su encuesta Así van los 32 gobernadores. ¿Cómo califican su desempeño?, realizada en octubre pasado, Arias Consultores concluye que “todos los gobernadores, incluidos los afines al Presidente, siguen en descenso de aprobación. En el mes pasado, el promedio nacional general fue del 30 por ciento, en el reporte actual registraron un descenso en la calificación por su desempeño de –1.2 por ciento, resultando con 28.8 por ciento de aprobación”.
También revela que de los 19 que más descendieron en aprobación, los que reportaron mayor baja fueron los de militancia morenista, con excepción de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México (CDMX), Claudia Sheinbaum.
Los ciudadanos reprueban
México Elige difundió su última encuesta el pasado nueve de noviembre. En la gráfica correspondiente a la “Aprobación de gobernadores”, se ubica en el lugar 32, es decir, el peor evaluado, al gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, del Partido Encuentro Social, hoy Partido Encuentro Solidario (PES). El segundo peor calificado es Silvano Aureoles, de Michoacán; en la tercera posición se halla José Ignacio Peralta, de Colima; Alfredo del Mazo, del Edomex en cuarta posición.
Los otros gobernadores con puntajes más bajos son: de San Luis Potosí, Juan Manuel Carreras; de Chihuahua, Javier Corral; de Tabasco, Adán Augusto López Hernández; Jaime Rodríguez, de Nuevo León; de Baja California, Jaime Bonilla y de Puebla, Miguel Barbosa.
Cuitláhuac García tiene apenas 42.3 puntos de aceptación; Carlos Manuel Joaquín González, de Quintana Roo acanzó 72.8, el puntaje más alto logrado por un gobernador en México. El gobernador morenista de Chiapas, Rutilio Escandón, alcanzó apenas 44.5 puntos. Antes de él figuran los mandatarios de Durango, Oaxaca, Veracruz, Nayarit, Tamaulipas, Coahuila y la CDMX.
México Elige midió también la aprobación del Presidente y los gobernadores respecto al control de la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia. La del presidente López Obrador fue de 50.7 por ciento. El más eficiente fue el gobernador de Baja California Sur, el panista Carlos Mendoza Davis, con el 81.2 por ciento.
En esta medición, el exfutbolista y gobernador de Morelos es el peor evaluado, pues ocupa el primer lugar con apenas el 41.7 por ciento de aprobación; seguido por la morenista, Claudia Sheinbaum con 47.7 por ciento, y en tercer lugar Cuitláhuac García, de Veracruz con el 50.2 por ciento. Durango, Chihuahua, Puebla, Baja California, el Edomex y Aguascalientes ocupan el cuarto, quinto, sexto, séptimo, octavo y noveno lugar, respectivamente, sobre el control de la pandemia.
En sus mediciones de septiembre, Gobernadores y Gobernadoras de México, Consulta Mitofsky afirma que la mitad de los 32 gobernadores incrementaron su aprobación en un mes. “La aprobación promedio nacional de los gobernadores del país entre marzo y septiembre (durante el periodo de pandemia) continúa al alza e incrementa 9.3 puntos porcentuales”.
Tres gobernadores se ubicaron con aprobación sobresaliente: Mauricio Vila, de Yucatán, es el único con el 70 por ciento de aprobación, mientras que Quirino Ordaz, de Sinaloa fue aprobado con el 65 por ciento y subió al tercer puesto Carlos Mendoza Davis, de Baja California Sur, con 62; mientras que la Jefa de Gobierno de la CDMX se colocó en la cuarta posición, con el 59.8 por ciento, y en el quinto puesto se ubicó Miguel Riquelme, con el 58.8 por ciento.
Los gobiernos peor evaluados en esta encuesta fueron el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, quien se ubica en el último lugar, con el 14.3 por ciento de aceptación. El de Colima, Ignacio Peralta, ocupa el segundo lugar, con el 32.5 y el tercer puesto es para el de Nuevo León, con el 33.1 por ciento. Mientras que en los lugares posteriores, con el 33.6, el 34, el 35.1, el 35.9 y el 36.6 por ciento se ubicaron, respectivamente los gobernadores Miguel Barbosa, (Puebla), Alfredo del Mazo (Edomex), Francisco Cabeza de Vaca (Tamaulipas), Cuitláhuac García (Veracruz) y Juan Manuel Carreras (San Luis Potosí).
Arias Consultores, en su encuesta nacional, Gobernadores. Desempeño Octubre 2020 ubica a tres gobernadores de Morena, dos del PRI y uno del PAN, PRD, Movimiento Ciudadano (MC) y Encuentro Social (PES), como los peores evaluados.
Con casi 14 mil encuestas aplicadas durante los últimos días de octubre y primeros de noviembre a personas mayores de 18 años en las 32 entidades, y cuyo margen de error fue de +/- 0.83 por ciento, situaron a Antonio Echevarría, de Nayarit, con el 9.3 por ciento, la calificación más baja de aprobación respecto a la cifra más alta, que fue del 51.1 por ciento, atribuido a Carlos Joaquín González, gobernador de Quintana Roo.
El segundo lugar, con la cifra más baja, fue para Rutilio Escandón, de Chiapas, con un 10.7 por ciento y el tercer peor calificado, Silvano Aureoles, de Michoacán, con el 11.3 por ciento.
Es decir, el 75.0 por ciento de los encuestados desaprueba la gestión de Antonio Echavarría, otro 15.8 por ciento le es indiferente, y apenas un 9.3 por ciento lo aprueba. En el caso de Chiapas, Rutilio Escandón es rechazado por el 73.2 por ciento, un 16.1 muestra indiferencia y 10.7 lo aprueba. Completa la lista de gobernadores peor calificados Silvano Aureoles, con 82 por ciento de desaprobación, 6.7 de indiferencia y solo 11.3 por ciento de aprobación.
Siguen en la lista Claudia Sheinbaum, con 13.5 por ciento; Miguel Barbosa, con 15 por ciento; Ignacio Peralta, con 15.4 por ciento; Alfredo del Mazo, con el 17.7 por ciento; Cuauhtémoc Blanco, con 17.9 por ciento y Enrique Alfaro, con 18.2 por ciento de aprobación. La aceptación de estos mandatarios es menor al 20 por ciento. En el rango entre el 10 y 30 por ciento de aprobación se encuentran los gobernadores de Guerrero, San Luis Potosí, Veracruz, Coahuila, Aguascalientes, Campeche y Oaxaca.
Los datos de la revista especializada Campaigns and Elections, en su quinta medición, no distan mucho de las otras encuestas; sus estadísticas se publican cada tres meses y evalúan el sentir ciudadano en 12 rubros diferentes, entre los que se hallan seguridad pública, combate a la pobreza, control de las finanzas, la creación de empleos, la popularidad, combate a la corrupción, directores de comunicación. Su metodología se basa en la aplicación de 19 mil 200 cuestionarios telefónicos –unos 600 por estado– y tiene “una confiabilidad del 95 por ciento”.
En su sección los Peores de México figura, en primer lugar, el gobernador de Morelos, con el 15.4 por ciento; en segundo lugar, el del Edomex y en el tercero Michoacán. Completan la lista los mandatarios de Colima, Tlaxcala, Guerrero, Chihuahua y Chiapas, con 23.5, 25.6, 27.8, 28.2 y 29.7 por ciento, respectivamente.
Soberbios y ocurrentes
Para el consultor en comunicación política de Campaigns and Elections, Armando Rocha, “la falta de experiencia no solo de los alcaldes morenistas sino de su equipo también; la falta de proyecto de gobierno; el carácter soberbio de sus presidentes municipales y su soslayamiento a los principios de la ‘Cuarta Transformación’ (4T), decretados por el Presidente de la República los llevan a que sean rechazados por la poblaciónˮ.
Hoy, la falta de una estrategia y un proyecto político de varios gobernadores, principalmente de Morena, les cobra factura, pues no han sido capaces de atender a los mexicanos pese a que prometieron ser diferentes.
“No es exagerado aseverar que la mayoría de los candidatos de Morena, que ganaron un puesto de elección popular en julio de 2018, lo hicieron, en buena medida, como resultado del arrastre de la figura de López Obrador. En otro orden de palabras, ganaron gracias a él y no por sí mismos. El triunfo de los candidatos de Morena a presidentes municipales o alcaldes, al deberse a la avasalladora candidatura de López Obrador, adquirió, por parte de la ciudadanía, las mismas expectativas: eliminación de la corrupción, reducción de la inseguridad, mejora de la economía, austeridad republicana, mejores servicios y más programas sociales”, explica Rocha.
Estas expectativas no se han cumplido, sobre todo, de acuerdo con la encuesta de la misma revista sobre el desempeño de los alcaldes, en materia de seguridad pública, uno de los asuntos del mayor interés ciudadano.
En 2018, los candidatos de Morena “llegaron al poder sin estar preparados para ejercerlo. Lo mismo sucedió con sus equipos de trabajo, integrados por amigos y compañeros, leales a la autoridad electa, con alguna trayectoria en la academia, el sector privado o el activismo, pero sin experiencia en la administración pública”, agrega el especialista.
Por ello, desde que asumieron los cargos públicos no han dado resultados y justifican su ineptitud utilizando la misma fórmula del Presidente: responsabilizar a las administraciones anteriores. Este argumento convenció, en los primeros meses de gobierno, pero en la medida que avanzan y no entregan resultados o incumplen con las propuestas de campaña, los ciudadanos les retribuyen con bajas calificaciones en popularidad y aceptación.
“Es evidente que no tienen estrategia de gobierno, y que solo han hecho dos cosas: 1) retomar y mal copiar algunas de las líneas de acción del Gobierno Federal (combate a la corrupción y responsabilizar de todo al pasado); y 2) darle continuidad a los programas y planes de los gobiernos anteriores, esos a los que responsabilizan por su falta de resultados. Además, a muchos les gana la soberbia, ya que muchos de los alcaldes de Morena, a pesar de las evidencias, creen, o les han hecho creer que ganaron sus respectivas elecciones en 2018 gracias a ellos, que sus triunfos fueron por méritos propios y no resultado de una coyuntura político-social. Este ambiente, generado por ellos mismos y su séquito, los ha llevado a obnubilarse, a no reconocer sus errores y, por lo tanto, a no corregirlos. También ha provocado que responsabilicen, de su falta de resultados a sus adversarios, no a sus carencias”, afirma Armando Rocha.
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Escrito por Trinidad González .
Reportero. Estudió la maestría en Periodismo Político en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García.