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Escuchar al Presidente de la República en sus conferencias mañaneras decir tantas imprecisiones; citar hechos o datos que no corresponden a la problemática actual de nuestro país y, encima de eso, negarse a reconocer las informaciones proporcionadas por las instituciones especializadas en el área, nos lleva a concluir que el Presidente es un ignorante o un necio prepotente y contumaz que considera que en este siglo de la ciencia siguen gobernando el voluntarismo y la fe. De ser así, estaríamos regresando a la edad del oscurantismo que, como sabemos, frenó el desarrollo económico y científico de una sociedad. Pero lo más grave en él está en agitar la mano públicamente con una tarjeta imaginaria y prometer al pueblo pobre que por medio de ella se entregarán manjares y que con ello la pobreza desaparecerá de la faz de la tierra; auto-engañarse es engañar a otros, es mentir a los pobres y burlarlos.
Si se quiere acabar con la pobreza y la desigualdad que azotan a millones de mexicanos, no hay más que reconocer los datos que las instituciones especializadas arrojan y actuar en consecuencia mediante la creación de un verdadero proyecto de nación que combata de raíz la pobreza y la desigualdad. Sin embargo, en lo que va del sexenio lo que hemos visto ha sido pura improvisación y cuentos.
Veamos. En el Presupuesto de Egresos de la Federación de este año (PEF 2019) se asignaron 17 mil 280 millones de pesos (mdp) al programa Beca Universal para Estudiantes de Educación Media Superior Benito Juárez, a razón de 800 pesos por mes. Con este monto, sin embargo, solo puede proveerse de ese apoyo al 42 por ciento de la población estudiantil, pues en el país existen cinco millones 128 mil 518 estudiantes de educación media superior.
Sigamos. A la vivienda social se destinaron mil 726 mdp que beneficiarán a 86 mil 305 familias a razón de 20 mil pesos por vivienda. Pero de acuerdo con el diagnóstico del estudio de Derecho a la Vivienda Digna y Decorosa 2018, elaborado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), 14 millones de viviendas en México no son dignas. Es decir, se va a beneficiar solamente al 0.6 por ciento de éstas.
En el campo mexicano, el fenómeno es similar. El gobierno piensa asignar mil mdp para apoyar con fertilizantes a campesinos; se sabe que el promedio adecuado para una hectárea es de una tonelada. El costo actual de una tonelada de fertilizantes ronda hoy los 10 mil 330 pesos. Realizando una sencilla operación aritmética podemos descubrir que lo asignado alcanza solamente para 96 mil 805 hectáreas (…) pero en México hay 31.97 millones de hectáreas cultivables; esto quiere decir que el apoyo gubernamental solo cubrirá el 0.3 por ciento de las hectáreas cultivables.
Pero no comamos ansias. Se etiquetaron dos mil 524 mdp para caminos rurales. Los expertos en el área dicen que el gasto por cada kilómetro asciende más o menos a cinco mdp; es decir, el presupuesto asignado cubrirá solamente 504.8 kilómetros, que comparados con los 138 mil 475 kilómetros de caminos rurales existentes actualmente en México, resulta insignificante. Es decir, lo asignado cubrirá únicamente el 0.4 por ciento del total de kilómetros. Los números no le cuadran al Presidente, pero ¿dónde se ha visto que la aritmética sea amiga de las improvisaciones?
Continuemos. La cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México va a costarle al pueblo 100 mil mdp. A esa cantidad se sumarán los 70 mil mdp para adecuar a Santa Lucía, más ocho mil 125 mdp que costará eliminar un cerrito que no vieron cuando “hicieron” su “proyectito”. En total, 178 mil 467 mdp. Una cantidad desorbitante para el bolsillo de los pobres y que no se descontará de la nómina del Presidente.
Pero todavía faltan algunos ejemplos más. La empresa The MITRE Corporation, especialista en ingeniería de sistemas e investigación y desarrollo para el Departamento de Defensa y Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos de América, sentenció no hace mucho que Santa Lucía es inviable.
Así las cosas hasta el momento, amigo lector. El Presidente cree vivir en el país de las maravillas, como Alicia en el suyo; pero en realidad vive en el país de la no aritmética, en uno lleno de improvisaciones.
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Escrito por Romeo Pérez
Doctor en Física y Matemáticas por la Facultad de Mecánica y Matemáticas de la Universidad Estatal de Lomonosov, de Moscú, Rusia.