Cargando, por favor espere...
Esto es lo que hacen el Movimiento Antorchista y la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” (FNERRR) con los recursos que conquistan para el pueblo pobre de México. Le ruego encarecidamente, amable lector, tenga un poco de paciencia en la lectura de la primera parte de este trabajo, consideré importante que quede usted lo mejor informado que se pueda acerca de la magnitud y alcance de la obra; solo será un párrafo.
Se gastaron siete millones de pesos y todos los trabajos fueron supervisados y cuentan con el visto bueno de la Secretaría de Obras Públicas del Estado y del Instituto de Antropología e Historia, ya que el inmueble se encuentra incluido en el Catálogo de Inmuebles Patrimonio de la Humanidad. La empresa encargada de la obra fue AIV Construcciones, S.A. de C.V. que ganó una licitación pública. En las fachadas se llevó a cabo lavado de muros, rejunteo en las uniones de las piedras, cambio de piezas de cantera dañadas en cornisas y balcones, cambio de toda la ventanería de madera y restauración de puerta de acceso principal; en la planta baja: demolición de pisos existentes, excavaciones para mejoramiento de rellenos, cambio de firmes, colocación de pisos porcelánicos en todas las áreas, aplanados, pintura e instalaciones eléctricas, aerodrenes en muros para sacar la humedad del subsuelo y muros de cantera, sustitución total de viguería y puertas de madera y modificación de baño y escaleras; en la planta alta: demolición de pisos, excavaciones para mejoramiento de rellenos, cambio de firmes, pisos porcelánicos, aplanados, pintura, renovación de instalaciones eléctricas incluyendo luminarias y contactos de luz regulada, renovación y aprovechamiento de un área que era una escalera para azotea para la construcción de un área de baños, incluyendo la redistribución de las instalaciones hidráulicas y sanitarias en donde se colocaron azulejos, muebles de baño, espejos y mamparas, de lo que resultó un espacio para tres muebles de baño, cuatro mingitorios y dos lavabos, se construyó un cubo de escalera cubierto de la intemperie y un área de cómputo que se equipó con un total de 12 sillas, escritorios y computadoras y un regulador general; en la azotea: se construyó un área de lavado cubierta con cinco lavaderos, jaula de tendido, se colocó un calentador de paso de doble tanque con capacidad para 10 regaderas, se renovó el área de baños desde sus instalaciones hidráulicas y sanitarias, baños que quedaron cubiertos con azulejos y mamparas y con tres lavabos, dos mingitorios, tarja de servicio, tres WC y dos espacios de vestidor con bancas y se aumentó el área de regaderas de seis a 10 y, finalmente: se renovó completamente el domo que da iluminación y protección al patio principal de la casa, se colocaron dos tinacos de mil 100 litros de capacidad de agua cada uno sobre una estructura de acero, tinacos que cuentan con un presurizador del agua para un mejor abasto en las áreas de baños de la casa.
La remodelación del inmueble localizado en la confluencia de las calles León Guzmán y Santiago Tapia de la ciudad de Morelia forma parte de una importante corriente de pensamiento y acción en nuestro país que considera que el desarrollo nacional está íntimamente vinculado con el científico y tecnológico. En los tiempos que corren, quien gane la carrera científica ganará la carrera por una posición importante en el mundo; y no se puede ganar ninguna carrera de este tipo si el conocimiento no llega a las grandes masas. En un país como el nuestro, en el que existe un abismo entre los pocos que lo tienen todo y las grandes mayorías que carecen hasta de lo más elemental, la marginación del conocimiento por parte de las grandes masas resulta letal. Importa, pues, mucho más allá de unos cuantos pesos al mes, cobrados y gastados, bajo el más estricto criterio individual, otorgar verdaderas condiciones materiales y sociales para que los jóvenes hijos de las clases pobres tengan acceso a los más altos niveles educativos. Como lo señala la experiencia, unas buenas, disciplinadas y trabajadoras Casas del Estudiante o internados en su defecto, como los que todavía existen en la Universidad Autónoma Chapingo, son decisivos.
La magnífica remodelación de la casa se lleva a cabo precisamente en el momento en el que, ratificando el nefasto fenómeno gubernamental de la reducción nacional del presupuesto a las universidades, así como de las inversiones en obras de gran importancia social, el señor rector, Raúl Cárdenas, anuncia que la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo tiene 17 obras suspendidas. Cabe decir que en el estado de Michoacán existen aproximadamente 35 Casas del Estudiante que albergan a varios miles de jóvenes de escasos recursos y que, prácticamente todas ellas, necesitan urgentemente labores de remodelación, no obstante, la nueva política del Gobierno Federal ha cancelado todo apoyo a este tipo de obras públicas prioritarias al cancelar el llamado Ramo 23 al que se le ha llamado el Ramo de los moches. Desconozco hasta donde podrá haber llegado la corrupción al gastar los recursos en los gobiernos federales anteriores pero, por lo que corresponde a las obras conquistadas con la lucha del Movimiento Antorchista y de la FNERRR, los hechos contantes y sonantes, es decir, en este caso, la remodelación de la Casa Espartaco “José Martí”, demuestran palpablemente que no fue la organización la que administró e invirtió los recursos sino que fue el gobierno del estado; la obra se terminó a satisfacción de sus beneficiarios y se puso a su servicio. Si había que castigar moches, dinero desaparecido u obras sin realizar, debió de haberse sancionado a los responsables y no suspender de plano unas obras tan necesarias. No entiendo esa justicia de hacer pagar a los justos por los pecadores.
En Estados Unidos, por ejemplo, la elitización de la educación superior que ya tiene muchos años, ha llevado a las autoridades del país a manifestar su preocupación porque están perdiendo la carrera de la ciencia y la tecnología ante Rusia y China. Hace unos días, el importante diario The Washington Post publicó un reportaje en el que se ponen de manifiesto las dificultades que los inmigrantes y, en general, las clases bajas, tienen para ingresar a la educación superior. En ese contexto, el reportaje da cuenta de que en días pasados 50 personas fueron arrestadas, la mayoría de ellas adinerados residentes del área de Los Ángeles, porque pagaron cientos de miles de dólares para ayudar a sus hijos a hacer trampa en los exámenes y entrar a la University of Southern California (USC), así como para corromper a entrenadores para que les entregaran certificados como atletas destacados en deportes en los que nunca habían participado. Si los adinerados tienen que hacer tranza para incluir a sus hijos en la educación de las élites, imagine usted la situación de las clases más desfavorecidas. Tarde o temprano la educación superior como negocio lucrativo, la que margina a las grandes masas de la ciencia y la tecnología, de la educación de excelencia, acaba por contraponerse a los intereses del desarrollo de toda una nación.
La reinauguración de la Casa del Estudiante Espartaco “José Martí” es, pues, la materialización de la idea del Movimiento Antorchista y la FNERRR acerca del desarrollo nacional con empleo para todos, con salarios remunerativos y obras públicas de trascendencia histórica y, éstas son las gestiones y, consecuentemente, las obras que ahora niega el gobierno de la Cuarta Transformación. Para este año, hemos solicitado 15 millones de pesos para la necesaria remodelación de la Casa Espartaco “Wenceslao Victoria Soto”, que se ubica en la calle Socialismo, en Morelia; aunque las autoridades de la Secretaría de Gobernación Federal no dialogan en serio y menos resuelven, la lucha tendrá que continuar. Por lo pronto, la Casa “José Martí”, ahí está ya, remodelada, para el servicio de los estudiantes de escasos recursos. Aseguro que la casa seguirá funcionando y ayudando a educarse a los jóvenes muchos años después de que ya nadie se acuerde de las mentadas tarjetitas con la diminuta ayuda individual que se habrán absorbido como el agua en la arena, sin dejar huella.
Escrito por Omar Carreón Abud
Ingeniero Agrónomo por la Universidad Autónoma Chapingo y luchador social. Autor del libro "Reivindicar la verdad".