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La poesía satírico-burlesca en la Colonia
La inconformidad de los criollos y un naciente “indigenismo” provocaban con frecuencia el enfrentamiento con los españoles peninsulares.
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Protegida a menudo por el anonimato, la poesía satírica floreció en la Nueva España como un arma de los criollos letrados, que se consideraban descendientes de los conquistadores, contra los peninsulares recién llegados. En su crónica Sumaria relación de las cosas de la Nueva España, Baltasar Dorantes de Carranza (¿1548?-¿1613?) da testimonio de la vida del criollo y de la sociedad de su tiempo en la que recoge fragmentos de poesía satírico-burlesca.

Gracias a la Sumaria relación, que bien podría considerarse la primera antología poética del virreinato, se ha podido recuperar parte de la obra de autores como José de Arrázola, Francisco de Terrazas, Mateo Rosas de Oquendo y Fernán González de Eslava; es un documento que, haciendo a un lado discusiones estilísticas y de originalidad, permite una aproximación al ambiente político en el que la inconformidad de los criollos y un naciente “indigenismo” provocaban con frecuencia el enfrentamiento con los españoles peninsulares que apenas llegar alcanzaban poder y posición.

La obra, exitosa amalgama de prosa argumentativa y verso, fue escrita en 1604 y está considerada, a decir de Alejandro Jacobo Egea, de la Universidad de Alicante, “uno de los documentos más importantes del denominado ‘primer criollismo crítico’ novohispano, el cual fue consecuencia de la transculturación y aculturación que realizaron los españoles sobre el pueblo indígena en el virreinato, sobre todo a finales del siglo XVI. Los acontecimientos que motivaron la escritura de esta obra fueron principalmente tres, y son de sobra conocidos: en primer lugar, la abolición de las encomiendas; en segundo lugar la instauración en Nueva España de los corregimientos a partir de 1575, y, por último, el envío de personas de distintas esferas sociales para realizar en el virreinato diferentes labores para las que muchos no estaban capacitados”.

El desprecio de los peninsulares y su falta de estima a la tierra de la que rápidamente obtenían riqueza y posición social se critican en el célebre soneto del Siglo XVI, en el que se exhibe la inmediata prosperidad de quienes, allende el mar, habían ejercido los más bajos oficios. Otros como ellos, que también han ingresado a la corte novohispana, dice el soneto, los adulan cual si fuera noble su origen o como si de un gran poeta se tratara.

Viene de España por el mar salobre

a nuestro mexicano domicilio

un hombre tosco, sin algún auxilio,

de salud falto y de dinero pobre.

Y luego que caudal y ánimo cobre

le aplican, en su bárbaro concilio

otros como él, de César y Virgilio

las dos coronas de laurel y robre.

Y el otro, que agujetas y alfileres

vendía por las calles, ya es un conde

en calidad, y en cantidad un Fúcar;

y abomina después el lugar donde

adquirió estimación, gusto y haberes:

¡y tiraba la jábega en Sanlúcar!

En Sumaria relación, Baltasar Dorantes de Carranza incluye el siguiente poema del peruano Mateo Rosas de Oquendo, estableciendo una semejanza con lo que ocurría en tierras novohispanas y haciendo aún más explícito su odio a los advenedizos españoles, con los que los criollos competían en desventaja.

¡Malditos seáis de Dios,

embusteros, charlatanes!

¿Entendéis que acá no hay hombres,

servicios ni calidades?

Mil años viva el marqués,

y quien se lo aconsejare,

si cuando pedís la lanza

con ella os alanceare,

¡y llévele el diablo, amén,

cargado de memoriales,

si luego que se los deis

con ellos no se limpiare!

Vayan muy enhoramala

búsquenlo por otra parte

y trabaxen en las Indias

como en Castilla sus padres.

Y el Don Ambrosio fingido

con las lechuguillas grandes

tome el oficio que tuvo

su abuelo Francisco Hernández.

Y el otro que en Lombardía

tuvo una escuadra de infantes

si allá defendió la tierra,

vaya allá que se lo paguen,

que en leyes de presunción

se tiene por inviolable

que solo goce del fruto

quien lo regó con su sangre.


Escrito por Tania Zapata Ortega

Licenciada en Letras por BUAP.


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