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Sin novedad en el frente
En una antibélica, el cine alemán nos brinda el filme "Sin novedad en el frente" del director Edward Berger. La historia se ubica en la Primera Guerra mundial.
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Son diversos los medios periodísticos, impresos o digitales que, desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, nos han venido presentando, a veces de forma dosificada y hasta cierto punto maquillada, videos y fotografías sobre los combates entre los dos ejércitos. Pero hay canales digitales en Telegram, YouTube, etc., que presentan más crudamente impactantes escenas o cuadros de soldados muertos en combate, soldados ejecutados después de ser capturados (esto lo realizan particularmente los llamados “ucronazis”, soldados ucranianos con ideología nazi que, por ser fanáticos ultranacionalistas, actúan con extrema crueldad, emulando a los nazis hitlerianos de la época de la Segunda Guerra Mundial).

Como han señalado insistentemente analistas del tema, la guerra en Ucrania no es una guerra entre este país y Rusia, es en realidad una guerra entre la OTAN –con Estados Unidos a la cabeza– y Rusia. Desde hace aproximadamente tres meses se han venido realizando manifestaciones de decenas de miles de personas en varios países europeos; son dos las demandas en las que coinciden los movimientos en países como Francia, Alemania, República Checa, Moldavia, Rumania, Países bajos, etc.

Primero: que los gobiernos dejen de apoyar a la OTAN; y segundo: que se normalicen las relaciones con Rusia. Son movimientos pacifistas cuyos dirigentes han entendido que los verdaderos culpables del conflicto en Ucrania son Estados Unidos y los gobiernos que de forma estúpida apoyan esa agresión imperialista contra Rusia (y por lo tanto comprenden que las sanciones a Rusia son un “tiro en el pie” para los países europeos que apoyan esta guerra “hibrida”, dado que son los habitantes de esos países quienes hoy están sufriendo un brutal encarecimiento del gas, el petróleo y la electricidad; y además ven que, al acercarse el invierno, a millones de europeos les esperan días de sufrimiento por carecer del gas y de otros energéticos baratos yen cantidad suficiente).

El cine ha sido también un vehículo importante para protestar contra una política guerrerista que lleva al matadero a cientos de miles (a veces a millones de seres humanos como en la Primera y Segunda Guerras Mundiales. Hoy son recordadas célebres cintas antibélicas, de las cuales solo pongo como ejemplo la película de Stanley Kubrick, Senderos de Gloria (1957), la historia del coronel del ejército francés, Dax (Kirk Douglas), quien ejecuta las órdenes en 1916, durante la Primera Guerra mundial para tomar un enclave alemán, pero fracasa y el alto mando francés, para escarmentar a sus tropas realiza, de forma arbitraria e injusta, un juicio a tres soldados. Esta cinta es una de las más contundentes críticas al militarismo imperialista europeo.

En esa línea antibélica, el cine alemán nos brinda el filme (2022) Sin novedad en el frente, del director Edward Berger. La historia también se ubica en la Primera Guerra mundial y da cuenta de las vicisitudes del recluta Paul Bäumer (Félix Kammerer) quien, junto a sus condiscípulos de la universidad, alentados por sus profesores, deciden enrolarse en el ejército para ir a combatir en la primera conflagración mundial (en la que murieron cerca de 20 millones de personas). De la inocencia esperanzadora, producto de las aspiraciones patrióticas, no exentas de ilusiones que provoca el nacionalismo fomentado por la clase burguesa, Bäumer va hundiéndose en el infierno de una guerra convertida en la más espantosa de las carnicerías, en la que aquellos jóvenes que idealizaron la guerra van muriendo o se van convirtiendo en lo que nunca quisieron, en asesinos de “enemigos”, que en realidad son seres humanos que debiesen ser sus hermanos de clase. Al igual que en Senderos de gloria, el filme de Berger muestra cómo a los que dirigen la guerra no les importa la vida de los soldados, pues por encima de todo están sus intereses como clase dominante. A cualquier ciudadano del mundo le puede asaltar la pregunta: ¿a los halcones de la guerra, yanquis y europeos, les importan los miles de muertos ucranianos y rusos, si lo único que buscan es mantener su hegemonía, el saqueo de los recursos naturales y el control económico y político mundial sobre los pueblos del mundo? Sin novedad en el frente abona en la crítica de esos afanes imperiales. Una excelente fotografía y actuaciones destacadas de los que integran el reparto.


Escrito por Cousteau

COLUMNISTA


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