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No más impuestos, pero no menos
Ante el anuncio de que no habrá aumentos en los impuestos por parte del nuevo gobierno, mucha gente ha aplaudido entusiasta la medida; sin embargo, no reparan en analizar que uno de los problemas que provoca la desigualdad en México
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Ante el anuncio de que no habrá aumentos en los impuestos por parte del nuevo gobierno, mucha gente ha aplaudido entusiasta la medida; sin embargo, no reparan en analizar que uno de los problemas que provoca la desigualdad en México es, precisamente, que los mexicanos que pertenecen a las clases bajas son quienes pagan altos niveles de impuestos, mientras que los poderosos pagan pocos impuestos o tienen mecanismos, legales o ilegales, para evadirlos.

Quienes se han atrevido a decir que las empresas o los poderosos no pagan impuestos en este país, y han hecho intentos serios por llevar a cabo una política progresiva, es decir, hacer que pague más el que más tiene y menos el que menos, han recibido fuertes ataques de la clase en el poder. Por ejemplo, recuerdo que Felipe Calderón en un acto público señaló que las grandes empresas en México no pagaban impuestos y al día siguiente se le lanzaron mediáticamente a la entonces cabeza del ejecutivo, situación que le hizo recular y desdecirse. Resultado: el régimen de consolidación fiscal permaneció intacto y en el año de 2009 Walmart de México pagó por ese régimen de excepción solo 79 pesos de ISR por todas sus empresas. ¡Absurdo, pero cierto!

Por su parte, el presidente Enrique Peña Nieto intentó hacer una reforma fiscal progresiva, que le costó la cabeza al entonces secretario de Hacienda, Doctor Luis Videgaray Caso.  Tenía como propósito identificar el desvío de información por las grandes empresas. Por ejemplo, la refresquera más grande de Mexico no reportaba en su contabilidad las ventas efectuadas en establecimientos pequeños y escondidos en todos los rincones del país y, por lo mismo, no pagaba impuestos del producto de esas ventas; fue así que se planteó un esquema de contabilidad indirecto y se propuso un sistema de reporte de las compras de las tienditas que en automático mostraban las ventas reales de las empresas y, con ello, aumentó la base grabable de dichas empresas y, por lo mismo, la recaudación, pues se les pudieron cobrar más impuestos gracias a este tipo de mecanismos; asimismo, planteó cobrar impuestos a las transacciones de la bolsa de valores, lo cual también generó un mayor descontento que explica el resultado antedicho: la pérdida de la candidatura para presidente de México y el entronizamiento de Meade en Hacienda y luego en la candidatura del PRI a la presidencia de la República y, peor aún, la derrota del PRI y el entronizamiento de la República de las Ocurrencias que ya nos tiene con el Jesús en la boca.

Pues bien, antes de que las empresas ataquen a obrador por elevar impuestos, se adelantó a decir que no habrá más impuestos, pero no aclara al pueblo de México que no habrá menos impuestos para los pobres y que, por lo mismo, seguimos exactamente igual que como con Peña Nieto, algo que hizo que el PRI perdiera el gobierno. Pero ahora el pueblo aplaude lo que antes criticó enérgicamente ¿por qué? Porque el pueblo está siendo manipulado por la limpia República Verbal, como dice Benedetti, pues se le hace creer que se hacen cosas por su bien, pero son cosas que se hacen por su mal y que lo dejan igual o peor que antes. 

            Veamos, según estudios de la propia Secretaría de Hacienda, pues una de sus funciones legales por transparencia es describir el desarrollo del ingreso y del destino de su gasto social, la distribución de los ingresos tributarios está de la siguiente manera: de un total de 2.7 billones de pesos de los ingresos tributarios del año 2016, el 90% pertenecía ya al rubro de ingresos tributarios no petroleros y, por deducción, el 10% restante corresponde a los ingresos que se consideran tributarios petroleros (que antes representaba el 30%). En relación con el 90% de ingresos tributarios no petroleros, el sistema de ingreso sobre la renta equivale al 52% del total, para alcanzar un monto 1.4 billones de pesos que se dividen en: 24% aportado por los asalariados, es decir, 640 mil millones de pesos y 29% por el resto: empresas, herencias, IEPS, IDE, etc., equivalente a 779 mil millones de pesos; por su parte, el famoso IVA pertime al estado recaudar 791 mil millones de pesos, lo cual equivale al 29% de la recaudación. A su vez el IEPS permite obtener una recaudación de 134 mil millones de pesos, equivalente al 5% del total de la recaudación y el impuesto a la importación junto con el rubro de otros, apenas aportan el 3% equivalente a 87 mil millones de pesos.   

            Como se ve, los ingresos que se recaudan por la vía del impuesto sobre la renta relativa al salario, el IEPS y el IVA, juntos, equivalen al 58%, dos terceras partes de los ingresos tributarios. Así, queda claro que los trabajadores de México son los que aportan la mayor parte de los impuestos en este país. De hecho, una persona que trabaja y recibe su pago vía nómina, le descuentan de cada 100 pesos que gana el 32% de ISR, 32 pesos, y, de lo que le resta tiene que pagar el 16% de IVA en los productos tasados y si usa transporte público o tiene su propio carro, debe pagar el IEPS, de manera que de cada 100 pesos que gana el estado le quita 43 pesos, de manera que la sentencia de que no se crearán nuevos impuestos no favorece a los pobres, sino a los ricos de este país y eso es lo que tiene que saber el pueblo antes de aplaudir medidas de este tipo que llevan navaja dentro del pan, pues a esto hay que añadir otros impeustos como el pago del agua, el pago de la luz, el pago del impuesto predial, el pago de la tenencia vehicular, el pago por la verificación de quienes tengan coche, etc.

            Lo que el pueblo debe exigir, y el gobierno instrumentar, es una verdadera política fiscal progresiva donde los más ricos paguen más impuestos y los pobres, si fuera el caso, que no paguen impuestos, para que de esta manera su ya de por sí raquítico salario alcance a comprar más, en otras palabras, que el pueblo incremente su capacidad adquisitiva con lo cual pueda incrementar su nivel de vida en serio. Por ende, que el nuevo gobierno no haya creado nuevos impuestos no es una medida que tienda a beneficiar a los pobres de México. ¿Dónde quedó aquello de que “los pobres primero”?


Escrito por Brasil Acosta Peña

Doctor en Economía por El Colegio de México, con estancia en investigación en la Universidad de Princeton. Fue catedrático en el CIDE.


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