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En el estado de Veracruz, cuya población supera los ocho millones de habitantes distribuidos en 212 municipios, existen 29 rellenos sanitarios y solo cinco operan satisfactoriamente para acopiar y procesar el kilogramo de basura en promedio, que generan los veracruzanos diariamente.
En los dos años de la presente administración estatal y los tres de las municipales, han sido muy escasos los recursos financieros invertidos en la construcción, mantenimiento y mejora de los rellenos sanitarios. La mayoría de los ayuntamientos tiene problemas con la recolección de basura, lo cual propicia que aún existan tiraderos a cielo abierto, los cuales generan un enorme problema de contaminación ambiental.
Al inicio de la administración estatal de Cuitláhuac García Jiménez, las autoridades ambientales aseguraron que contaban con un proyecto de gestión ecológica que preveía la construcción de otros 20 rellenos sanitarios en territorio del estado. Han pasado más de dos años y no se ha iniciado el primero.
A este incumplimiento se agrega la falta de una cultura de la población ante el acopio y separación de basura destinada al reciclaje; y gran parte de los habitantes generan y tiran desperdicios de manera desordenada.
Un estudio realizado por el Programa Estatal para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos y de Manejo Especial en el Estado de Veracruz señala que la generación de basura en los medios urbanos asciende a seis mil 157.37 toneladas por día. La región del centro norte es la que más produce con dos mil 747.33 toneladas diarias; y la que menos genera es la región Huasteca con 844.66 al día.
Del total de residuos sólidos urbanos (RSU), 41.3 por ciento, en promedio, son orgánicos; 16 por ciento es papel sanitario y pañales; 7.8, plástico película; 5.4 por ciento, papel común; 4.8 por ciento, cartón; 3.8 por ciento, vidrio; 3.5, plástico rígido; 2.3 por ciento, PET; uno por ciento, latas; el 1.7 por ciento son residuos que requieren un manejo especial; y el 12 por ciento, otro tipo de desechos.
La Universidad Veracruzana (UV) estima que en la región Xalapa se generan 42 toneladas mensuales; buena parte de las mismas está a la vista ciudadana en áreas verdes y de recreación, aulas, pasillos, baños y contenedores al tope, lo que causa mal aspecto. Estos RSU, además, no están separados y se pierde su posible reutilización por reciclaje.
Desde 2014 hasta antes de la pandemia, la UV había recuperado 68 mil 430.29 kg de RSU reciclables y de manejo especial a través de sus Reciclatones, evitando su pérdida en el relleno sanitario. La máxima casa de estudios en la entidad cuenta también con un programa permanente de acopio de pilas y baterías en 30 de sus 109 dependencias académicas en el estado.
La Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (CoSustenta) de la UV y el Ayuntamiento de Xalapa, han organizado “encuentros de escuelas limpias” en 22 centros de educación básica para difundir sus propuestas sobre cómo acopiar y tratar los residuos. Estas prácticas derivaron de los talleres Basura Cero realizados en 200 primarias de Xalapa, los cuales se interrumpieron a causa de la pandemia de Covid-19.
Los rellenos de la Sedema
Un relleno sanitario, en palabras de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) del Estado de Veracruz, consiste en una obra de infraestructura que involucra métodos y obras de ingeniería para disponer y controlar los residuos sólidos con el objetivo de disminuir su impacto ambiental mediante la compactación y la infraestructura adicional.
Los RSU se cubren con una capa de tierra para que no se difundan los olores ni proliferen especies animales nocivas como moscas, otros insectos y roedores cuya presencia impacta en la salud de la población. Entre sus beneficios más importantes se encuentra la reducción de su volumen al mínimo y su confinamiento final en superficies pequeñas para evitar daños a la salud pública.
Además, un relleno sanitario posibilita el reciclaje de muchos materiales; genera nuevos empleos entre el personal capacitado en tareas relacionadas al tratamiento de residuos; permite recuperar y dar valor a terrenos que se consideraban improductivos o marginales y reduce el impacto ambiental negativo sobre aire, agua, suelo, flora y fauna.
“El adecuado manejo de un relleno sanitario impulsa la salud y genera un impacto positivo en el ambiente”, explica el documento y destaca la importancia de la selección del sitio adecuado para instalarlo, que debe ajustarse a la NOM-083-SEMARNAT-2003.
Los 29 rellenos sanitarios de Veracruz, que acopian la basura generada por más de ocho millones de personas de 212 municipios, se ubican en localidades de Tampico Alto, Gutiérrez Zamora, Xalapa (Tronconal), Medellín (El Guayabo), Tuxpan (privado desde hace muchos años), Álamo Temapache, Cerro Azul, Huayacocotla, Naranjos, Ozuluama, Pánuco, Tempoal, Poza Rica, Nogales, Coyutla, Martínez de la Torre, San Rafael, Tecolutla, Tihuatlán, Veracruz, Emiliano Zapata, Villa Aldama, Acayucan, Cosamaloapan, Ixhuatlán del Sureste, Lerdo de Tejada, Mecayapan, San Andrés Tuxtla, Acayucan y Tierra Blanca.
La Sedema reconoce que los únicos cinco rellenos sanitarios que cumplen las condiciones establecidas por la NOM-083- SEMARNAT-2003, son el de Tampico Alto, Poza Rica, Gutiérrez Zamora, El Tronconal de Xalapa y El Guayabo de Medellín. El de Tampico Alto, ubicado en el norte del estado, está habilitado para recibir 400 toneladas de basura, y es operado por el Ayuntamiento.
El año pasado, el procurador Estatal de Protección al Medio Ambiente, Sergio Rodríguez Cortés, le entregó una nueva celda de disposición final para rehabilitarlo. Fue habilitado en el año 2000 y eventualmente fue abandonado junto a sus celdas de disposición final ya caducadas. Su inversión inaugural fue de alrededor de siete millones de pesos. Hoy dispone de una laguna de lixiviados y una celda para disponer la basura.
El RSU de Gutiérrez Zamora puede recibir hasta 240 toneladas de basura. El Ayuntamiento de Xalapa desarrolló una nueva celda en el relleno sanitario de El Tronconal en una superficie de aproximadamente 3.5 hectáreas contiguas a su asentamiento previo, y tiene una operación garantizada hasta 2026.
La Dirección de Medio Ambiente y Sustentabilidad ofrece capacitación, tanto a la población como al sector comercial, mediante talleres virtuales en los que se enseña a los interesados el manejo de residuos en los hogares, la producción de composta, el desarrollo de huertos urbanos, la cría de lombrices y el reciclaje de materiales.
También hay programas que incluyen la entrega de contenedores de 90 litros a las unidades comerciales para que separen sus residuos y, previo acuerdo con la Subdirección de Gestión Integral de Residuos Sólidos, los envíen al Centro Municipal de Compostaje, ubicado en la Central de Abasto. El RSU más grande, operado por la empresa Prever S. A. de C. V., es el de Medellín, ya que tiene capacidad para recibir mil 200 toneladas de desechos.
Nogales, un caso aparte
El pasado 21 de enero, la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (PMA) clausuró temporalmente el relleno sanitario del municipio de Nogales, en la zona centro de la entidad, debido a que la empresa Constructo, encargada del sitio, incumplió con las normas sanitarias y generó un pasivo ambiental grave en la zona.
El subprocurador del Medio Ambiente, Ernesto Cuevas Hernández y la subprocuradora de Asuntos Jurídicos, Karina Miranda García, explicaron que la clausura estuvo precedida de una denuncia formal ante el cabildo de Nogales, señalando que la empresa operaba ilegalmente, porque su comodato había vencido en 2018.
Además, Constructo no presentó los permisos correspondientes al control de Residuos Sólidos Urbanos y de Manejo Especial, su Manifiesto de Impacto Ambiental estaba vencido desde 2009, y la vida útil de sus celdas en operación había caducado desde hacía varios años. También incumplió con las medidas de mitigación impuestas por la PMA en abril de 2020, pues seguía extrayendo material pétreo, cuyo banco no cuenta con los permisos correspondientes, y los sellos de la clausura previa sobre una celda habían sido violentados.
Cabe destacar que ambos funcionarios se reunieron con el presidente municipal de Nogales, Guillermo Mejía Peralta, para informarle de la situación y notificar a los municipios de la región de las Altas Montañas que ya no podrían tirar basura en el sitio.
Sin embargo, en julio de 2019, la Sedema supervisó que los rellenos sanitarios y tiraderos a cielo abierto estuvieran operando según la norma oficial. La titular de la dependencia, María del Rocío Pérez Pérez y personal de la Dirección General de Control de la Contaminación y Evaluación Ambiental, realizaron visitas técnicas a 20 tiraderos a cielo abierto y nueve rellenos sanitarios. En 2020 y en lo que va de 2021, no se han vuelto a realizar estas supervisiones.
El Banco Nacional de Obras y Servicios (Banobras), a través del Programa de Residuos Sólidos Municipales (Proresol), asesora a los presidentes municipales para que construyan o equipen rellenos sanitarios regionales con recursos a fondo perdido; así como centros de acopio, estaciones de transferencia, plantas de selección o de aprovechamiento. Los 212 alcaldes de Veracruz están a punto de concluir sus cuatrienios en diciembre 2021, y aún no han construido un solo relleno sanitario.
El Órgano de Fiscalización Superior, a través de su Sistema de Consulta de Obras y Acciones Municipales de Veracruz, reveló este año que los 212 ayuntamientos veracruzanos solo destinaron el 6.43 por ciento (promedio) de sus presupuestos en acciones de protección y preservación ecológica, lo que indica la poca atención que brindan al tratamiento de los RSU.
A pesar de que existe el programa federal Hacia Basura Cero, mediante el cual las autoridades municipales, supuestamente, reciben apoyo técnico, capacitación en el manejo de los RSU, correcta operación de los sitios de disposición final y control de incendios en estos lugares, en Veracruz hay 120 tiraderos a cielo abierto reconocidos por la Sedema.
El caso más connotado –en palabras de la autoridad estatal– es el de Las Matas, en Minatitlán, cuya existencia representa un peligro para el medio ambiente y para la salud de la población, porque está ubicado en una zona de humedales, donde hay ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), torres de alta tensión e incendios frecuentes en la temporada de calor.
La Sedema apoyó a los ayuntamientos vecinos para realizar los trabajos de pre-saneamiento en el sitio, y dio como resultado una remoción de siete mil metros cúbicos de residuos y la cobertura de más de ocho hectáreas con material arcilloso. En atención a las denuncias ciudadanas contra el arrojo irresponsable en los RSU a cielo abierto, la Procuraduría Ambiental ha efectuado más de 97 clausuras.
La diputada Margarita Corro Mendoza, presidenta de la Comisión Permanente de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático del Congreso del Estado, ha solicitado a la Sedema y a los ayuntamientos elaborar a la mayor brevedad posible un reglamento para el adecuado manejo y la disposición de los residuos sólidos urbanos y peligrosos.
“Los efectos de los marcos jurídicos, federales y estatales son escasos, dada la magnitud del mal manejo de la basura o residuos sólidos urbanos en toda la entidad; pues lejos de tener sistemas de auténticos rellenos sanitarios o modernos sistemas de separación, reciclaje y compostaje que cumplan con toda la normatividad, lo que vemos son basureros a cielo abierto. Esta situación no solamente contamina el aire y fauna, sino también el agua con los peligrosos residuos industriales que se vierten”, sostuvo en su propuesta.
Sin embargo, el problema ambiental generado por la basura mal recogida, acopiada y sin tratamiento ecológico, se incrementará en Veracruz, debido a la escasa inversión de los ayuntamientos y el gobierno estatal, y a los malos hábitos de la población.
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Escrito por Yamiri Rodríguez
Corresponsal Veracruz