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Los campesinos indígenas han sido discriminados desde la llegada de los españoles hasta nuestros días. Dueños originales de estas tierras, despojados y recluidos en las zonas más inhóspitas de forma violenta. Miguel León Portilla retrata perfectamente, en Visión de los vencidos, el declive moral de una raza otrora orgullosa, guerrera y valiente que terminaría ociosa, borracha y avergonzada de su pasado. Los intelectuales, en su afán por defenderla, han romantizado sus costumbres y contribuido a perpetuar su miseria y pobreza.
De estas actitudes también han sido víctimas los grupos totonacos y nahuas de la Sierra Nororiental de Puebla. En esa región agreste, las inclemencias del tiempo y la exuberante vegetación han vuelto pequeños a los hombres. Ahí los caciques aún hacen de las suyas y explotan, para su beneficio, a los indígenas a un nivel de esclavitud moderna y acaparan sus productos agrícolas, que pagan a precios muy bajos. La Comisión Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ha detectado que en los municipios serranos, la pobreza es mayor al 70 por ciento de la población y su alta vulnerabilidad los pone a merced de las exigencias y designios de los caciques.
Pero hay pueblos que heroicamente se han enfrentado a estos señores y los han vencido. En la región todavía se recuerda la historia de Huitzilan; el tiempo se ha encargado de revelar los verdaderos hechos, pese a la tergiversación de los medios proclives al cacicazgo. En 1984, los indígenas de Huitzilan de Serdán se liberaron de los grupos caciquiles; pagaron una cuota grande de sangre y muertos, pero accedieron al progreso.
A partir de ese año, la diferencia entre esta población y municipios circunvecinos es muy clara, tanto en su desarrollo rural como en el integral, pues Huitzilan cuenta con mayor equipamiento urbano (redes de agua potable, drenaje y electricidad), calles pavimentadas, carretera de fácil acceso (cosa difícil en las vías de comunicación del estado de Puebla), escuelas de todos los niveles educativos básicos y medios y ahora gestiona la apertura de una universidad; un hospital, una unidad deportiva y servicios de telefonía e Internet.
En el terreno productivo, hay avances importantes en el cultivo del café, la principal fuente de ingresos de los campesinos de la región, cuya cooperativa ofrece los mejores precios y el procesamiento moderno del aromático. Su fiesta patronal a la Virgen de la Asunción es la de mayor resonancia en la región, por su riqueza cultural y la magnitud de sus eventos gratuitos, hoy suspendidos por el confinamiento provocado por el Covid-19. Este pequeño municipio de 14 mil habitantes también ha sido anfitrión de eventos académicos, científicos y productivos que demuestran la cordialidad de su gente. Los visitantes encuentran un ambiente de paz, tranquilidad y trabajo productivo.
El pueblo de Huitzilan de Serdán avanza a paso firme, a pesar de la amenzaza de los caciques, que lo mantienen bajo fuego permanente para recuperar los privilegios que perdieron. Durante el gobierno de Manuel Hernández Pasión buscaron, sin éxito, desestabilizar la tranquilidad social del municipio, cuando el pseudo-sacerdote José Martín Hernández y el cacique Alonso Aco incitaron abiertamente a la violencia y al linchamiento. Ante su derrota no dudaron en unirse a otros caciques –entre ellos los de Zacapoaxtla y Xochitlán– que culminaron con el atroz asesinato del joven presidente municipal el 10 de octubre de 2017. Y aun cuando los caciques se trasmutaron de panistas a morenistas –pues los Acos, Alejos y Lobatos solo son fieles al color del dinero– el pueblo de Huitzilan supo permanecer firme y unido ante su embestida y los hicieron fracasar nuevamente.
Sin embargo, los intereses caciquiles pueden ser tan grandes y similares a los de los funcionarios públicos de los gobiernos estatal y Federal, que hoy día no se ha hecho justicia contra el crimen de Manuel Hernández Pasión, cuyos asesinos intelectuales han sido plenamente identificados ante las autoridades. En estos momentos, desde Casa Aguayo –la residencia oficial del gobernador de Puebla– se prepara otra embestida contra Huitzilan de Serdán para no entregar el poder municipal al candidato ganador de las elecciones recientes, el profesor Josué Velázquez, mediante el uso de triquiñuelas para otorgárselo al del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), lo que, si se concreta, sería un verdadero atropello contra los huitziltecos.
Pero esto pondría nuevamente a prueba la lealtad, la firmeza y la reciente historia de progreso de Huitzilan de Serdán, donde los padres han trasmitido a sus hijos la rebeldía y la lucha por una vida mejor. Por ello, estamos seguros de que los caciques “se toparán con una pared de roca” que con el paso del tiempo se ha hecho más fuerte.
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Escrito por Capitán Nemo
COLUMNISTA