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7 días en La Habana
La República de Cuba fue el escenario donde en 2012 se filmó la cinta 7 días en La Habana, en la que se cuentan siete historias que tienen por objetivo mostrar una imagen de la vida cotidiana y los avatares de los habaneros.
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La Habana, Cuba, es una de las ciudades más ricas en historia del Continente Americano. Su condición de isla mayor de las Antillas y su ubicación en la costa noroccidental la convirtieron en el centro estratégico más importante de las colonias de España en los siglos XVI, XVII y XVIII, pues ahí llegaban las embarcaciones procedentes de la Península Ibérica y de ahí salían hacia ésta los grandes cargamentos de metales preciosos que los españoles extraían de los países de América. Por esta razón, el imperio español fortificó completamente la ciudad a fin de repeler los ataques de los piratas y corsarios e intentos de invasión armada de otras potencias europeas, sobre todo del imperio británico. Pero no solo las fortalezas La Real Fuerza, El Morro y La Punta dan a La Habana el estatus de la ciudad latinoamericana con la arquitectura colonial mejor conservada. En 1982, La Habana vieja, su centro histórico, fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Hoy en día, el gobierno cubano, asociado con capitales extranjeros, está aplicando un programa de rehabilitación de muchos edificios que son joyas arquitectónicas. Incrementar el turismo internacional, importante fuente de empleo y divisas, forma parte del proyecto del gobierno socialista de La Isla.

La hermosa capital de la República de Cuba fue el escenario donde en 2012 se filmó la cinta 7 días en La Habana, en la que se cuentan siete historias que tienen por objetivo mostrar una imagen de la vida cotidiana y los avatares de los habaneros, sin proponerse enjuiciar a los gobernantes de La Isla. La primera historia fue dirigida por el actor puertorriqueño Benicio del Toro, quien describe las muy poco afortunadas andanzas de Yuma, novel actor gringo (Josh Hutcherson), quien en su afán por relacionarse con una cubana recorre varios antros, pero la mayoría de las mujeres que le fascinan están “apartadas”. Y cuando finalmente encuentra una que acepta ir al hotel, la revisión de su documento de identidad evidencia que la chica en realidad es “chico”. Yuma es un seudónimo en español cubano que se aplica a los ciudadanos de los Yunaites Esteis of América, a quienes también se les nombra yumaifrend. La segunda historia se llama Jamm sesión, es dirigida por el argentino Pablo Trapero y en ella se relata la estancia en Cuba del cineasta serbio Emir Kusturika, quien recibe un premio en La Isla, se la pasa ahogado en alcohol y escuchando jazz de la trompeta de un chofer negro con quien traba una buena amistad y lo lleva a lugares donde puede disfrutar de esta música. La tercera historia es narrada por el palestino Elia Suleiman, quien cuenta la presencia de un diplomático de su país que durante el desempeño de una misión oficial en La Habana se entretiene escuchando en su hotel y en la calle los discursos de Fidel Castro, así como observando con detalle la vida en la capital cubana. En una ocasión queda absorto en la contemplación de una pareja de esposos y su pequeña a la orilla del mar, quienes al final de la historia se alejan de la playa abrazados. La cuarta historia es filmada por Julio Medem y en ella cuenta que Cecilia, una cantante cubana, conoce a un español que intenta convencerla de que se vaya con él a Europa, en donde seguramente triunfará. Pero ella está casada y pese a que la idea del posible éxito fuera de Cuba la induce a cuestionar a su esposo por qué no se enroló en un equipo profesional de Puerto Rico, al final de la historia decide quedarse con éste en su isla natal. La quinta narración es del argentino Gaspar Noé, quien presenta la breve historia de una muchacha cubana a la que un santero hace una “limpia” para curarla de su lesbianismo. La sexta historia es la de una familia que, como ocurre en cualquier parte del mundo, busca la forma de obtener recursos adicionales para el sostén familiar; la esposa es una psicóloga que prepara pasteles para fiestas y el marido es un alcohólico en receso que lucha por ocultar su regreso al vicio; esta relación fílmica es la que más muestra la vida cotidiana de los habaneros. El séptimo relato cuenta el sueño de una mujer, cuya difusión en el vecindario provoca una movilización para organizar una fiesta a una virgen. Sin duda, 7 días en La Habana muestra las facetas y los vaivenes de una ciudad con muchos rostros que escudriñar.


Escrito por Cousteau

COLUMNISTA


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