"El régimen neonazi de Kiev, respaldado por Estados Unidos (EE. UU.) y sus satélites, volvió a cometer un bárbaro acto de terrorismo contra la población civil de Rusia”, declaró, a través de un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, tras el ataque en un mercado a las afueras de la ciudad de Donetsk.
El bombardeo sucedió en territorio ucraniano dominado por Rusia y el saldo fue de por lo menos 27 personas muertas y 25 más que resultaron heridas; entre ellos dos menores de edad.
"Los ataques terroristas por parte del régimen de Kiev demuestran claramente su falta de voluntad política para lograr la paz y la solución de este conflicto por medios diplomáticos”, destacó en el comunicado.
Por ello llamó a los gobiernos responsables y estructuras internacionales a que condenen enérgicamente el “brutal atentado terrorista”, de lo contrario, consideró que el silencio representará la “aprobación tácita de la matanza de civiles y alentará a los neonazis ucranianos a cometer atrocidades aún más sangrientas”.
A este ataque se suma un incendio en la terminal de transporte de productos químicos en el puerto ruso de Ust-Luga, mismo que comenzó tras dos explosiones en un depósito de gas natural de Rusia, Novatek, a unos 165 kilómetros al suroeste de San Petersburgo.
El incendio provocó que se detuvieran las operaciones en el puerto, no se reportaron víctimas; sin embargo, el distrito se encuentra en alto nivel de alerta. Por su parte, el medio de noticias Fontanka publicó que se detectaron dos drones volando hacia San Petersburgo en la mañana del domingo; sin embargo, que habían sido redireccionados hacia Kingisepp.
Cabe destacar que las fuerzas de Rusia y Ucrania continúan en combate, en su mayoría desde posiciones estáticas “a lo largo de la línea del frente de aproximadamente 1.500 kilómetros (930 millas) durante el invierno”.