En diciembre de 1900, en Leipzig, se editó por primera vez Iskra, un periódico promovido por el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR). Dejar la promoción de Iskra en el partido en lo general sería injusto para su creador intelectual y principal actor: Vladimir Ilich Lenin.

Aunque el POSDR se fundó en 1898, lo cierto es que su actividad no era unificada, sino que cada círculo que conformaba el partido actuaba según los problemas que localmente enfrentaba. Cada lucha que el círculo de alguna región daba por alguna demanda particular era acompañada por volantes, mismos que se repartían ilegalmente al interior de las fábricas, buscando atraer a más trabajadores; en estos volantes se denunciaba la situación que había llevado a los trabajadores a manifestarse contra ciertas condiciones del trabajo. Para el año en que sale la primera edición de Iskra, el POSDR no había alcanzado una acción en conjunto, una práctica unificada que hilara lo que acontecía en todos los focos obreros de Rusia y pudiera realizar una manifestación más efectiva en su lucha contra el zarismo ruso. Así como no se había establecido una acción unificada, hasta antes de Iskra, tampoco había una difusión unificada de lo que sucedía en cada lugar con actividad del POSDR. Fue Lenin quien comenzó a plantear que era necesario editar un periódico del partido que pudiera superar los límites locales y llegar a toda Rusia.

Iskra quiere decir chispa, el lema que acompañaba al título era “una chispa puede encender la llama”. La metáfora mostraba la intención política: era importante que el periódico alcanzara la mayor parte del territorio ruso, que llevara las noticias de lo que acontecía, que llevara la perspectiva que el partido tenía sobre cierto problema nacional o local, porque con esa chispa que llegaba era posible comenzar a construir la revolución. Lenin tuvo claro que Iskra no podía ser un periódico que se limitara a recibir las denuncias de lo que acontencía en cierta fábrica y transmitirlo a otra; el periódico debía mantener esta función, pero sin perder de vista los problemas compartidos por todos los explotados de Rusia, buscando demandas compartidas que crearan una lucha nacional; el periódico también debía ser capaz de llegar no sólo a las fábricas, sino a todos los grupos que notaran y sufrieran la represión política, logrando así que el partido fuera el faro para todas las personas inconformes con el régimen.

El periódico tuvo a importantes revolucionarios en su primer comité de redacción: Pléjanov (el padre del marxismo ruso), Axelrod, Vera Zazulich, Mártov, Potresov y Lenin. Los tres primeros eran viejos revolucionarios rusos del grupo Emancipación del Trabajo; los tres segundos eran jóvenes que formaron la Unión de Lucha por la Emancipación de la Clase Obrera. Al principio, el sexteto formado por jóvenes y viejos trabajó más o menos en la dirección que Lenin propuso originalmente, dando una lucha teórica importante contra posturas economicistas que empezaban a permear en las luchas revolucionarias. Iskra desenmascaraba los límites sindicales del economicismo, señalando lo fundamental que es la lucha política y teórica para el movimiento obrero.

Los primeros tres años de Iskra funcionaron con el comité original (Plejánov, Axelrod, Zazulich, Mártov, Potresov y Lenin); sin embargo, debido a las luchas al interior del partido, Lenin tuvo que abandonar la redacción. Sin Lenin, Iskra continuó siendo el periódico principal del POSDR, y aunque la línea teórica tendió hacia el reformismo, el periódico continuó siendo un referente de la lucha nacional rusa, cumpliendo así uno de los propósitos con que se fundó.