“El programa fiscal expansivo aprobado para 2024 podría agregar más combustible a la demanda interna y aumentar el exceso de demanda con mayores consecuencias en la ampliación del desequilibrio externo. Esto podría aumentar aún más la vulnerabilidad de la economía mexicana superando los niveles alcanzados durante la crisis del peso de finales de 1994”, aseguró el Servicio de Inversores Moody's.

Detalló que “la prolongación de la política monetaria expansiva junto a las transferencias monetarias del gobierno, la política de aumentos al salario mínimo muy por encima de la inflación y el creciente volumen de remesas del exterior constituyeron el combustible del rápido avance del consumo”.

Sin embargo, el director de Moody's para América Latina, Alfredo Coutiño, analizó que luego de la profunda recesión causada por la pandemia en 2020, la economía mexicana comenzó a expandirse por encima de su capacidad potencial a partir de 2022, estimada en 2.5 por ciento, y continuó así en 2023, mayormente impulsada por el consumo privado.

Expuso que si bien el consumo privado aumentó su participación en el Producto Interno Bruto (PIB) en tres puntos porcentuales en 2021, la inversión sólo avanzó menos de un punto porcentual. Este exceso de demanda interna por un periodo prolongado resulta en una producción nacional que no alcanza a satisfacerla, situación en la que se encuentra México.

“Por ello, no es extraño que la inflación muestre resistencia a bajar rápidamente y que el volumen de importaciones supere por mucho el de las exportaciones", externó.

Concluyó que esa es la razón por la que la inflación general en México terminó en 2023 con una tasa anual aún por encima del límite superior del rango meta del Banco de México, establecido en cuatro por ciento, mientras que el desequilibrio externo real alcanzó poco más de siete por ciento del PIB en el tercer trimestre.