La adaptación en el entrenamiento deportivo es un parámetro muy importante en la preparación de cualquier atleta para la competencia, ya que las demandas físicas, fisiológicas, nutritivas e incluso psicológicas, etc., dependen de la capacidad natural que tenemos los seres vivos para adecuarnos a distintos estímulos externos, lo que en el ámbito deportivo se planifica con la intención de obtener determinados logros en cualquier deporte, buscando el incremento de la capacidad de adaptación en los sectores que mejor favorezcan al atleta a partir de respuestas internas que genera el organismo a causa de un estímulo externo.
Entre tantas formas existentes para monitorear la adaptación en el deporte, la fatiga es un parámetro que se puede conocer a través de muchas técnicas, unas más precisas que otras, por ejemplo: la altura del salto, la percepción subjetiva del esfuerzo, la velocidad de ejecución, etc. Recabar estos datos permite un seguimiento más preciso y concreto de los resultados que se consiguen para alcanzar los objetivos que persigue el deportista y/o el entrenador, lo que puede ayudar a evaluar y mejorar la planificación de sesiones en los ciclos de entrenamiento para ser más competentes.
Esto nos permite conocer la evolución del deportista, complementar los planes de entrenamiento, prevenir lesiones, analizar excesos de esfuerzo o enfermedades y también ayuda a dilucidar quiénes son los más aptos para las demandas de la competencia, según los resultados de evaluación.
En un macrociclo planificado se sabe que el periodo precompetitivo busca ser más específico en los entrenamientos, ya que es la última fase antes de la competencia para conseguir la forma deportiva del atleta con el objetivo de alcanzar su estado óptimo y posteriormente mantenerlo durante el periodo competitivo, que es la fase fundamental, ya que en éste se ponen a prueba las capacidades, habilidades y destrezas frente a otros deportistas para triunfar en la competencia. Esto significa que el monitoreo de la adaptación, enfocada en la determinación de la fatiga en el periodo precompetitivo, es fundamental para el trabajo del entrenador.
Tener claro esto es muy importante cuando se trabaja con deportistas del circuito amateur, es decir, que realizan diversas funciones sociales en su día a día, pues el constante roce de las influencias externas en su vida diaria, los estímulos aplicados en los entrenamientos, el mal hábito de recuperación, el nulo monitoreo de la fatiga, la inexistente revisión de la composición corporal, una ingesta inadecuada de alimentos y la escasa verificación de la adaptación a un programa de entrenamiento, pueden ser contraproducentes en las distintas fases del macrociclo y principalmente en la precompetitiva, llevando a los atletas a posibles situaciones negativas como sobrecarga de entrenamiento, lesiones físicas, irregularidades en sus sistemas, etc., que en lugar de permitirles alcanzar los objetivos fijados los hacen retroceder, lesionarse o enfermar.
Por eso deben buscarse los mecanismos para poder hacer un correcto monitoreo de los estados de fatiga u otras metodologías que permitan contemplar la adaptación al entrenamiento de acuerdo con el contexto de cada entrenador y atleta.
Muchas veces esto escapa de las posibilidades de los entrenadores, pues no cuentan con herramientas sofisticadas para realizar la medición de la fatiga u otros parámetros. Esta área científica que se dedica a la evaluación y monitoreo del rendimiento de los atletas, suele estar en centros especializados muy caros, a los cuales muchos deportistas y sus entrenadores no pueden acceder por la falta de recursos económicos; a esto se suma el desconocimiento práctico y teórico de los entrenadores sobre herramientas más accesibles que facilitan el monitoreo de la adaptación a través de accesorios portátiles, baratos y de fácil uso, que pueden permitir un acercamiento y el desarrollo de este sector tan importante en el deporte.
Ciertamente, falta mayor investigación científica en el terreno de la monitorización de la adaptación al entrenamiento cuando se trata de deportistas que realizan muchas otras actividades diarias, propias de las necesidades y demandas de una sociedad como la nuestra, pues existe aún poca información, la mayor parte de lo que se conoce proviene de experiencias personales e información anecdótica.
Por lo que es necesario profundizar en este campo para coadyuvar a los esfuerzos de los entrenadores que trabajan con equipos y atletas del circuito amateur, enfrentándose a diversas dificultades económicas y sociales, pero que tienen arduos deseos de sobresalir, ser cada día más competitivos y contribuir seriamente a la masificación del deporte entre el pueblo mexicano.