El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) estima que los infantes desplazados en el sur de la Franja de Gaza tienen acceso a menos de dos litros de agua al día de los 15 litros que se requieren en casos de emergencia, según normas humanitarias, para ingesta, aseo y preparación de alimentos.

El suministro de agua limpia es una cuestión de vida o muerte y los menores de Gaza apenas tienen algunas gotas para beber. “Los niños y sus familias tienen que utilizar agua de fuentes inseguras que están muy salinizadas o contaminadas. Sin agua potable, muchos más niños morirán de privaciones y enfermedades en los próximos días", aseguró la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell.

Ante la falta de agua, las enfermedades ya comienzan a afectar a este sector de la población, toda vez que las autoridades reportan más de 160 mil casos de infecciones respiratorias agudas; asimismo, han incrementado los casos de sarna, piojos, varicela y erupciones cutáneas; además, se han dado 20 veces la media mensual de enfermedades como la diarrea.

Finalmente, Catherine Russell "estamos haciendo todo lo posible para satisfacer las necesidades de la población de la Franja de Gaza, pero los equipos y materiales que hemos podido proporcionar distan mucho de ser suficientes. Los constantes bombardeos y las restricciones sobre los materiales y el combustible que pueden entrar en el territorio están impidiendo avances críticos. Necesitamos urgentemente estos materiales para reparar los sistemas de agua dañados".