Poco antes de la media noche de ayer lunes, un sismo con magnitud 6.2 golpeó la provincia de Gansú, en el noroeste de China; hasta el momento se reporta la muerte de 127 personas y más de 700 heridos.

De acuerdo con el Instituto Geofísico Estadounidense (USGS), el fenómeno ocurrió a las 23:59 horas a una profundidad de diez kilómetros, en el condado Jishishan, en Gansú, a unos 5 kilómetros del límite con la provincia de Qinghai. Es considerado como el terremoto más letal en el país asiático en nueve años.

El reporte de autoridades y medios chinos, refieren que el siniestro dejó viviendas dañadas, derribó cables de luz e interrumpió las comunicaciones en las provincias de Gansú y Qinghai; mientras tanto, los pobladores se refugiaron en carpas provisionales instalados en puntos de evacuación.

Funcionarios de Gansú señalan que después de 10 horas de haberse registrado el sismo, se produjeron por lo menos nueve réplicas, la mayor de ellas fue de una magnitud de 4.1. Ante este panorama, el presidente de China, Xi Jinping, solicitó redoblar los esfuerzos para continuar con las labores de búsqueda y rescate a fin de disminuir el número de víctimas.

Cabe recordar que en el país asiático ya se han registrado sismos letales: en agosto de 2014 en la provincia suroccidental de Yunnan, cuyo saldo fue de 617 personas fallecidas y en 2008, el más mortal de toda su historia, con una magnitud de 7.9 provocó el deceso de unos 90 mil pobladores en Sichuan.