La investigación es una actividad eminentemente creativa, que requiere de alta formación académica de muchos años. Tener conocimiento es indispensable para la creatividad, pero cuando se trata de la investigación académica este conocimiento debe ser del máximo nivel. 

Toda investigación no es necesariamente científica (como algunos creen), a veces se confunde con investigación tecnológica o, lo que es peor aún, se confunde con informes técnicos; aunque éstos estén fundamentados en técnicas matemáticas, no pueden considerarse un aporte al conocimiento científico. Aclararemos estas confusiones en este artículo.

Un científico es una persona con alta formación académica que busca aportar a su disciplina, sin ningún interés utilitario. Si en esta búsqueda sólo desea conocer por el conocer teóricamente, se trata de un científico básico, como el matemático, el físico teórico, el astrofísico, el biólogo, el químico puro, etc. Si el conocimiento disciplinario a investigar puede tener una posible utilidad, estamos en la presencia de un científico aplicado, como el bioquímico, biofísico, matemático aplicado o también llamado ingeniero matemático, etc. En ambos casos sólo hay un interés estrictamente cognitivo en el planteamiento de sus conjeturas, y su posible solución es eminentemente teórica. Es el amor por el conocer, por aprender, es como un niño curioso, ávido de preguntar y saber. La misión social del científico es incrementar el conocimiento verdadero del mundo.

Esta característica del científico lo hace ser una persona neutra a los usos buenos o malos del conocimiento científico. Muchas veces se ha escuchado o escrito que los científicos hacen daño, han hecho la bomba atómica o son culpables del cambio climático, o producen productos dañinos para la salud, etc., todas estas falsedades son producto del desconocimiento de lo que es realmente un científico.

Un tecnólogo es una persona que, con cierta (a veces alta) formación científica, busca solucionar un problema concreto de la sociedad. Se puede realizar investigación para este propósito, y es llamada investigación tecnológica. Por ejemplo, un médico es un tecnólogo, puesto que usa sus conocimientos científicos para mejorar la salud de las personas; un profesor es un tecnólogo, puesto que aplica sus conocimientos disciplinarios para educar a las personas. Es decir, el tecnólogo busca modificar la realidad; y en esta modificación puede aportar al bienestar humano, pero también usar este conocimiento para hacer daño, por motivos económicos, políticos, ideológicos o simplemente personales.

En la investigación tecnológica existen planificación, metas plausiblemente alcanzables, mientras que en la investigación científica existe (o debe existir) una libertad para proponer problemas a resolver, no se les da tiempo para ello, puesto que alcanzar una solución, o al menos aproximarse a ésta, depende de las limitaciones humanas. Hay problemas de la ciencia básica que han demorado cientos de años, otras decenas de años y otros unos cuantos años. En general, son conjeturas que se trabajan colaborativamente, con científicos de distintos países, esto es posible por la universalidad en que se ha estructurado el conocimiento científico básico. El tecnólogo también trabaja colaborativamente, pero tiene un propósito práctico. Por ejemplo, elaborar la vacuna del Covid-19 fue un propósito planificado por los tecnólogos –de alto nivel, por supuesto– en donde los científicos aportaron sólo el conocimiento base. De este problema sanitario pudieron surgir nuevas conjeturas que el científico intentó resolver para incrementar el conocimiento de su disciplina. Toda investigación tecnológica requiere del conocimiento científico para su potencial desarrollo.

El producto de la investigación científica se realiza en artículos que son llamados paper, y se publican en revistas internacionales, revisados minuciosamente por expertos en el tema. Los tecnólogos también pueden publicar en revistas tecnológicas, sin embargo, el conocimiento tecnológico también puede ser transformado en productos tangibles y ser patentado para su posible comercialización. Por ejemplo, vacunas, medicamentos, material de laboratorio, etc. Algunas disciplinas suelen escribir informes técnicos, a veces fundamentados con herramientas matemáticas, pero eso no convierte a la investigación tecnológica en un saber que incremente el conocimiento disciplinario.

No existe un método único de investigación, depende de la naturaleza de los objetos de estudio, del problema a resolver, de la creatividad del científico o tecnólogo; la investigación se aprende haciendo, es decir, investigando, no en manuales, al principio guiado con maestros, pero luego se tiene que buscar el propio camino en este competitivo mundo de la investigación.