En México hay 680 municipios considerados como “pueblos fantasmas”, entre ellos Guadalupe, Chihuahua; Tumbiscatío, Michoacán; y Badiraguato, Sinaloa, cuya población se ha visto obligada a abandonar sus hogares debido a la pobreza, inseguridad y violencia que ejercen grupos del narcotráfico.

Con base en los censos poblacionales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el 27 por ciento del territorio mexicano (680 municipios) reportan una disminución considerable en el número de habitantes en los últimos 20 años; lo cual los cataloga como "pueblos fantasmas": comunidades abandonadas por familias completas, quienes son forzadas a huir como una medida preventiva ante la presencia de conflictos armados.

Entre las poblaciones con mayor desplazamiento está el municipio de Guadalupe, en Chihuahua, a 80 kilómetros del Paso Texas, cuya población cayó -34 por ciento de 2010 a 2020, pasando de seis mil 458 a cuatro mil 237 habitantes. La comunidad más afectada es Barreales, cuyo descenso pasó de mil 14 a sólo 298 personas, lo que representa un 70.6 por ciento.

Según los reportes de inteligencia, son los cárteles de Sinaloa y de Juárez-Jalisco Nueva Generación, quienes se han disputado la zona desde mediados del año 2000, cuando el entonces presidente de la República Felipe Calderón Hinojosa declaró la guerra contra el narco.

Los grupos del narcotráfico y autodefensas también han obligado a los habitantes de Tumbiscatío, General Francisco Villa y Graciano Sánchez a abandonar sus hogares y vivir en condiciones de hacinamiento en Morelia; esto se refleja en un descenso poblacional de 41.2, 30 y 50 por ciento respectivamente.
Mientras tanto, en Badiraguato el número de habitantes de 2020 era de 37 mil 757; ahora sólo hay 26 mil 542, una disminución de 29.7 por ciento.

Además de la violencia, hay comunidades de Oaxaca, Guerrero, Puebla y Veracruz, donde los habitantes también son obligados a desplazarse, pero, por falta de oportunidades laborales y de recursos económicos.