Estudios publicados por instituciones oficiales y organizaciones civiles especializadas en el análisis de la pobreza, la informalidad y la precariedad laborales muestran con datos y cifras cómo ha crecido la pobreza en México durante varias décadas; hablan acerca del combate que los gobiernos han llevado a cabo contra este grave problema social, del aumento de la informalidad en el empleo y de la precariedad del mismo; del crecimiento de estos tres fenómenos sociales y su estrecha e inseparable relación.
Informalidad y pobreza laboral son dos aspectos de la pobreza en general: de un lado el empleo informal, con su inestabilidad, sus salarios insuficientes, su falta de servicios de salud, prestaciones y derechos laborales en general incrementa la pobreza en México; y de otro, la pobreza laboral, es decir, la imposibilidad de adquirir los alimentos y otros bienes indispensables para la subsistencia de los trabajadores y sus familias contribuyen a incrementar el número de pobres y el agravamiento de la pobreza.
En ambos fenómenos, el ingreso insuficiente se manifiesta en uno como causa y en otro como efecto; la pobreza laboral tiene como raíz el bajo salario que percibe el trabajador, mientras que en el empleo informal la resultante es un salario insuficiente.
Esto pasa en México, es la tendencia al empobrecimiento de las mayorías que desde hace décadas los gobiernos dicen combatir y que en el último lustro se ha intensificado, pero más agudamente en las entidades menos desarrolladas y más pobres. Los estados con mayor informalidad en el empleo son también los que sufren mayor pobreza laboral. Esto muestran las cifras comparativas de los últimos años en un país cuyo gobierno tiene como lema “primero los pobres” refiriéndose a la inmensa mayoría y asegurando que logrará reducir la pobreza con su política de “históricos” aumentos al salario mínimo, a pesar de los cuales, la informalidad creció y la precariedad laboral se agudizó.
¿Cómo es posible este aumento, si el gobierno se centró en reducir el desempleo, aumentar el salario “como nunca antes se había visto”? La explicación no es muy difícil. En un sistema económico-social donde la ley fundamental es que existan ricos y pobres, también es una ley que a los ricos no se les toque un pelo, es decir, que no exista una política fiscal que disminuya sus ganancias; la realidad de “primero los ricos” vence al fantástico lema de campaña. En este gobierno no se crearon más impuestos y los que existen no se modificaron. Si para mejorar la situación de algunos pobres (en otras palabras, “cobijarlos”) hay que tomar medidas como distribuir becas y pensiones, no queda más remedio que descobijar a otros pobres eliminando estancias infantiles, guarderías, servicio médico, apoyos a madres de familia, subsidios al campo, fondos para atender a damnificados por desastres naturales, etc., entonces las cosas van a empeorar o a permanecer igual, que es lo que le encantaría a los poderosos; los pobres, al último.