Fue el pasado sábado 25 de noviembre, alrededor de las 19:30 horas, cuando se escuchó un fuerte estruendo y comenzó a correr el agua por las calles de la colonia Adolfo López Mateos, en Chimalhuacán, cuyo torrente arrasó al menos ocho hogares, provocó nueve lesionados, dos de ellos menores de edad y dejó sin el suministro del vital líquido a más de seis mil personas.

El tanque de almacenamiento tenía capacidad para seis mil litros de agua potable, sin embargo, la falta de mantenimiento y la nula capacidad para su operación por parte del Organismo Descentralizado de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (ODAPAS) Chimalhuacán, pudo ocasionar su colapso, afirman los vecinos.

De acuerdo con los testigos, la alcaldesa de extracción morenista, Xóchitl Flores Jiménez, intenta evadir la responsabilidad del Ayuntamiento para apoyar a los damnificados, quienes perdieron todo su patrimonio por el agua que arrasó con todo a su paso y a quienes ahora les solicita documentos que acrediten la propiedad de los inmuebles, ubicados en zona irregular.

Para los vecinos, la caída del tanque es resultado de la incapacidad del ODAPAS para operar todo el sistema hidráulico que hasta antes de la llegada de Morena a Chimalhuacán, en 2021, funcionaba de manera adecuada.

Cabe recordar que durante la administración morenista, cientos de chimalhuacanos se han manifestado para exigir la correcta operación del Organismo, toda vez que se ha convertido en una constante las fallas en los pozos y sistemas de bombeo; entre ellos Acuitlapilco que dejó de operar el pasado mes de marzo; el de La Palma no funciona desde junio por falta de pago a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Asimismo, en condiciones de abandono se encuentra el pozo La Ladera, el cual dejó de funcionar en agosto de 2022, pero que la administración de Xóchitl Flores reaperturó el pasado mes de julio de 2023 y aún con ello, la escasez del vital líquido persiste en la zona.

Además, el pozo San Lorenzo II dejó de funcionar en agosto pasado, lo cual provocó que miles de familias de las comunidades de San Agustín, San Lorenzo y Xaltipac se quedarán sin el suministro de agua.

A está lista se suma el pozo Embarcadero, que reanudó su funcionamiento en los últimos días de diciembre del 2021, sin embargo, colapsó los primeros días de septiembre debido a la mala operación y a la sobreexplotación “pues ahí llenaban cientos de pipas a la semana que no sabemos a dónde se llevaban el agua”, aseguran los vecinos.

El gobierno morenista también suma los adeudos del organismo con la CFE, pues desde enero de 2022 no paga el suministro de energía eléctrica, por lo que Chimalhuacán debe más de 150 millones de pesos.