Foto principal: Santiago Arau

 

El Museo Nacional de Arquitectura de la Ciudad de México, ubicado en el tercer piso del Palacio de Bellas Artes, se presenta la muestra individual del fotógrafo mexicano Santiago Arau titulada “Patrimonio”, misma que sorprende a los espectadores por tratarse de lugares comunes con encuadres poco probables; además, ofrece una crítica política, económica, social y ambiental.

La exposición está conformada por alrededor de 200 fotografías que documentan paisajes, monumentos, conciertos masivos, marchas y protestas que se desarrollan en la Ciudad de México; asimismo, abarca zonas periféricas y los volcanes, con el fin de comprender la relación entre el patrimonio natural y el construido en la urbe.

Entre las fotografías que causan mayor impacto se encuentra el Ángel de la Independencia, la Basílica de Guadalupe, Tlatelolco, Monumento a la Revolución y el Palacio de Bellas Artes, donde permanecerá la muestra hasta enero de 2024.

Además de invitar al público a disfrutar de esta muestra, el autor Santiago Arau comentó: “mi intención aquí es mostrar aquellas cosas que se han resistido al olvido. La ironía es que los lagos se desecaron para dar paso a la ciudad, pero sin ellos, la ciudad lucha por sobrevivir. Para mantener a sus veinte millones de habitantes, la Ciudad de México debe bombardear continuamente agua en el acuífero, un acto dramático que está provocando el hundimiento del suelo. Hoy, la ciudad se hunde. Una región antiguamente rica en agua está ahora desesperadamente sedienta”.

Cabe destacar que la exposición también incluye un libro homónimo que se puede adquirir en el museo: “Me siento muy afortunado de poder hacer lo que siempre quise: contar historias con fotografías. Cada día, durante más de dos años, he pensado en este libro, en cómo armarlo, cómo resolver el rompecabezas editando textos y encontrando la secuencia correcta de fotos para ver la ciudad con nuevos ojos. He intentado narrar visualmente algunos acontecimientos, como el terremoto de 2017, los antimonumentos a los estudiantes desaparecidos y la crisis climática, permanentemente suspendida sobre la Ciudad de México en una forma de espesa contaminación atmosférica. Este libro se imprimirá en un momento en el que la tecnología ha acelerado a tal grado la velocidad de la vida que las experiencias fuera del ámbito digital son cada vez más escasas. Gracias por detenerse”, concluyó.