El retrato político y psicológico de Porfirio Díaz
En las notas autobiográficas del controvertido líder de los “científicos” del Porfiriato destacan los principales rasgos del temperamento y carácter del dictador; la reseña de sus cinco propuestas de cambio político abocadas a negociar con la revolución maderista y la denuncia de las presiones del “gringoísmo general” y el “imperialismo razonado” de Estados Unidos (EE. UU.) contra José de la Cruz Porfirio Díaz Mori (Oaxaca, 15 de septiembre de 1830 - París, dos de julio de 1915). Limantour describe a su “gran Presidente” como un hombre egoísta, desconfiado y receloso de todo personaje que pudiera superarlo o contrastarlo, como le ocurrió con Ramón Corral, a quien obstaculizó sus labores de Vicepresidente pese a que él lo colocó en ese puesto.
Revela que antes de 1910, Díaz padecía cansancio cerebral, desmemoria y somnolencia, pero aun así se obstinó en dirigir las acciones militares contra el movimiento liderado por Francisco I. Madero; que entre finales de 1910 y el primer semestre de 1911 él, Limantour, fue el estratega del diálogo con los maderistas y que su principal oferta de paz consistió en renovar el gabinete porfiriano, reformar el Poder Judicial, eliminar la reelección de la Carta Magna, crear una nueva ley electoral y “fraccionar” los latifundios más grandes para repartirlos entre campesinos pobres. Pero sólo el primero de los cinco puntos se llevó a cabo.
Limantour afirma que el acoso de los gringos contra Díaz se inició en 1908 con la entrevista que le hizo el periodista James Creelman, en la que dijo que el pueblo de México estaba preparado para decidir su futuro político porque esta declaración generó el “bólido” que desató la revolución maderista. A la crisis política se sumó la negativa de Díaz a vender el territorio de Baja California a EE. UU., oferta que su homólogo William Howard Taft le formuló en 1909 en El Paso, Texas, a fin de instalar bases militares en ese territorio. Ese mismo año se publicó la serie de reportajes que John Kenneth Turner hizo para The American Magazine y que luego reunió en el libro México bárbaro.
Estos textos fortalecieron la campaña antimexicana de la prensa gringa, en cuyo trasfondo se hallaban los desacuerdos económicos, entre los que resaltaba la decisión de la recién creada Compañía de Ferrocarriles Nacionales (Ferronales) de asumir el control de más del 50 por ciento de las acciones de las empresas ferroviarias. A partir de entonces, el gobierno de EE. UU. presionó a Díaz apoyando al maderismo; amenazando con intervenir militarmente sin precisar si lo haría contra Madero o Díaz; exigiendo la indemnización de las empresas ferroviarias parcialmente nacionalizadas y negando pertrechos militares al Ejército Federal.
Díaz dimitió el 20 de mayo de 1911. Había estado en el poder de 1976 a 1911: 30 años y 165 días.