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Tres años después de que se registrara la muerte, en circunstancias desconcertantes, de 35 elefantes africanos del noroeste de Zimbabwe, 11 de ellos en un periodo de 24 horas, los científicos afirman que se debió a una infección bacteriana llamada Bisgaard taxon 45, la cual causa septicemia o envenenamiento de la sangre.

Fue también en 2020 cuando 350 elefantes del vecino norte de Botswana murieron súbitamente en un lapso de tres meses. Ante estos hechos, ni las autoridades ni los expertos podían explicar las defunciones en la mayor población de elefantes de África; por lo que lo atribuyeron en un principio a la caza furtiva, el envenenamiento y la sequía.

El pasado 25 de octubre, salió a la luz la publicación titulada “Pasteurellasp asociado con septicemia fatal en seis elefantes africanos” en la revista Nature Communications, la cual reveló que: “las muertes se produjeron al disminuir los recursos de agua y alimentos durante la estación seca, lo que obligó a los elefantes a recorrer distancias cada vez mayores en busca de agua y forraje… fueron probablemente factores que contribuyeron al brote”.

El veterinario del Victoria Falls Wildlife Trust de Zimbabwe y coautor del estudio sobre la causa de las muertes, Chris Foggin, afirmó “murieron en un intervalo muy estrecho. Esa es una de las partes más enigmáticas de todo el rompecabezas. Tantos animales muriendo juntos, pero no uno al lado del otro en un espacio de tiempo tan reducido. En mi opinión, es algo único en esta parte del mundo".

Agregó que “es prematuro decir que el cambio climático ha influido, pero puede hacerlo en el futuro si se producen más sequías prolongadas o si cambian los patrones de precipitaciones y tenemos una estación seca mucho más dura".

Finalmente, los autores del estudio reportaron que encontraron indicios de infección en seis de las 15 muestras, mismas que fueron corroboradas a través del aislamiento de la bacteria en el laboratorio y un análisis genético.