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Además de las muertes, desapariciones, daños en hogares y vialidades, así como escasez en alimentos y bebidas, los guerrerenses habrán de afrontar una crisis más, la de la salud; debido a que el huracán Otis dejó a su paso basura, lodazales, agua estancada, drenajes colapsados y animales muertos; todo ello representa un foco de propagación de enfermedades.
Ante este panorama, el expresidente de la Sociedad Mexicana de Salud Pública, Jesús Felipe Roldán, comentó: “se van a incrementar las infecciones en la piel, la dermatosis también… Todo lo que son piojos, chinches, las micosis en pies y manos… Se va a visualizar mucha conjuntivitis y hepatitis de tipo A”.
Personal de las 43 caravanas médicas que instaló el Gobierno Federal en diversos puntos del puerto de Acapulco, informaron que las condiciones actuales en Guerrero pueden desencadenar enfermedades como el dengue, leptospirosis, problemas gastrointestinales e incluso un brote de cólera.
Prevén que la situación se complique aún más, toda vez que los hospitales no están funcionando a toda su capacidad, por las múltiples carencias y daños que presentan; asimismo, las farmacias fueron saqueadas y no cuentan con medicamentos necesarios y suficientes.
En un intento por resarcir la situación, la brigada médica que se habilitó en el Zócalo de Acapulco tiene cuatro cajas repletas con medicamentos; sin embargo, ninguna de ellas cuenta con paracetamol, uno de los analgésicos más utilizados para controlar el dolor y la fiebre provocadas por enfermedades como el dengue y que requiere un máximo de cuatro dosis diarias.