En México, un significativo incremento de trastornos como la depresión y la ansiedad se están registrado en la última década, lo que está provocando una sociedad más violenta, menos productiva y con una elevada incidencia de pensamientos suicidas, alertaron expertos en salud mental.
Mario Arias Valdez, director de Operaciones de la Clínica Oceánica, precisó que derivado del estrés laboral y económico, la falta de tiempo, uso excesivo de redes sociales, consumo permanente para obtener satisfacción pasajera, de la competitividad profesional y laboral y de la constante necesidad de aceptación y reconocimiento, 24 millones de mexicanos (20% de la población) presentan al menos un síntoma de depresión o ansiedad.
Por ello, los especialistas en salud mental hicieron un llamado a los diferentes niveles de gobierno, a las universidades y a empresarios a unirse para crear una Red Nacional de Centros Comunitarios de Bienestar Integral para que todos los sectores de la población mexicana sin exclusión tengan acceso a estos servicios.
Por su parte, el Doctor Carlos Olmos Hernández, coordinador Médico de Oceánica sostuvo que la depresión es mucho más que estar triste. “Es un padecimiento altamente incapacitante que se acompaña de muchas características entre las que destacan cambio de hábitos de sueño, de hábitos alimenticios, irritabilidad, sensación constante de culpa, disminución de interés en las actividades, fatiga y algo muy alarmante es que los padecimientos depresivos vienen acompañados de ideas de muerte (suicidio)”.
“En México, en el 2010, se registraron 4 mil 800 fallecimientos por suicidio; para el 2021, 8 mil 300 personas se quitaron la vida”, es decir, los casos de suicidio se duplicaron en los últimos 10 años.
Por tal, Arias Valdez sostuvo que tanto en el sector público como privado es indispensable redoblar esfuerzos y actualizar de manera permanente los conocimientos, las metodologías y tecnologías para atender los trastornos mentales y afectivos, y hacer sinergia para llevar estos servicios a todos los rincones del país.
“Una solución a esta crisis de salud mental es crear una red público-privada de centros comunitarios en donde estudiantes de psicología, médicos, psiquiatras, investigadores de la UNAM, instructores de yoga, talleristas, entre muchos otros, trabajen de manera integral en la detección y atención de trastornos mentales y de adicciones. Existen los recursos, pero necesitamos una buena convocatoria, un programa muy bien articulado desde el Gobierno en el que se tomen en cuenta todas las variables que están provocando el incremento de estos padecimientos: la falta de tiempo, de empleo, condiciones de pobreza, etc.”.
“Las personas tienen que tener la oportunidad de tener un estilo de vida saludable, que se sientan útiles, que generen recursos y que tengan tiempo y lo manejen de manera productiva. Nosotros seremos los primeros en levantar la mano, en decir sí participamos y aportamos nuestra experiencia, recursos y tratamientos que han demostrado tener un 75% de efectividad en los procesos de recuperación de las personas”, precisó.