“Cuando vi de cerca a esos niños palestinos que arrojaban piedras, vi la ira en sus ojos”, esto dice un exmilitar israelí que durante años se dedicó, en Cisjordania, a detener a los adolescentes que ante la bárbara ocupación por parte de los colonos judíos sobre las tierras que pertenecieron ancestralmente a los habitantes palestinos lanzan piedras a los soldados judíos. 

El documental Niños tras las rejas, de la cadena alemana de televisión Deutsche Welle, da una idea descarnada de los brutales atropellos que sufren los niños y adolescentes que cometen el “delito” de arrojar piedras a los piquetes de soldados israelíes que patrullan los asentamientos judíos, producto del despojo vil y descarado que realizan los colonos hebreos bajo el auspicio del gobierno israelí. Este documental nos presenta la historia “delictiva” de cuatro adolescentes palestinos, cuya edad oscila entre los 14 y los 17 años: Adam, Alí, Anas y Mohamed. Estos jovencitos fueron sometidos a interrogatorios por parte de fiscales militares y sentenciados por juzgados militares israelíes por el “delito” de arrojar piedras a miembros del ejército hebreo. Los interrogatorios –nos muestra nítidamente el documental– por parte de los fiscales judíos son tortura psicológica pura y, en los casos más extremos, los fiscales propinan brutales golpizas a esos adolescentes.

El exfiscal judío Maurice Hirsch, un despreciable sionista, al ser entrevistado por Deutsche Welle, dice: “los jóvenes palestinos no tienen, en realidad, ninguna ideología; sus acciones son terrorismo puro”. Esta afirmación de ese torturador y asesino de palestinos trata de hacer creer a los que verán el documental que los palestinos, son terroristas por naturaleza; que la maldad es algo congénito en ellos, algo que está en los genes de los palestinos. Ésta es la narrativa de los sionistas, lacayos del imperialismo yanqui (la perversidad, la maldad es propia de las razas “inferiores”). Esos hebreos, descendientes de los que sufrieron el holocausto en la Segunda Guerra Mundial, que sufrieron el genocidio de los nazis alemanes, que fueron llevados por millones a los campos de concentración y exterminio, al parecer aprendieron bien las lecciones de los nazis, al grado de que ahora esas lecciones les sirven para despojar de sus tierras a los palestinos, para torturarlos, masacrarlos; Israel es hoy en día un Estado terrorista, un Estado genocida.

Hoy el régimen israelí está cometiendo, en la Franja de Gaza, lo que hicieron los nazis hitlerianos con medio millón de judíos polacos en el gueto de Varsovia; han encerrado a los palestinos para matarlos de hambre y sed. Las escenas en las que cientos de bebés y niños palestinos son mutilados, asesinados por los bombardeos de Israel son el más elocuente testimonio de esa barbarie, de esa política de exterminio de palestinos.

En el documental, un abogado judío, defensor de Derechos Humanos, señala con toda claridad que en Cisjordania, el Estado israelí tiene una estrategia bien definida: a los adolescentes y jóvenes palestinos, que son la parte que puede manifestar mayor rebeldía y resistencia a la ocupación sionista, hay que atemorizarlos, aterrorizarlos hasta castrar esa rebeldía; esto para que los judíos sigan despojando tierras en Cisjordania. La otra parte de esa estrategia es asentar colonos judíos, dotándolos de todos los servicios, mientras a los palestinos se les aísla y se les impide tener infraestructura para el desarrollo humano. Pero, esos jóvenes que han vivido la brutal represión sionista, al preguntárseles si se arrepienten de haber confrontado al ejército israelí, responden que no, que ellos tienen la esperanza de que llegará el día en que el pueblo palestino triunfe.