El compromiso del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) con los pueblos originarios y los llamados “afromexicanos” (palabra muy usada por funcionarios racistas) es el tema de nuestro Reporte Especial, esta semana.
En septiembre de 2020, el Presidente prometió a estos pueblos frenar las injusticias que durante cinco siglos se han venido cometiendo contra ellos y atender de manera inmediata sus necesidades más urgentes.
El 12 de octubre de 2021, la Presidencia de la República anunció, en su página oficial, que se había cumplido el compromiso de AMLO de privilegiar a los más humildes y a los pueblos originarios del país.
A pesar de esta triunfal declaración, dos años después, el 12 de octubre de 2023, los pueblos originarios y “afromexicanos” siguen en espera del cumplimiento de las promesas presidenciales y de la “atención inmediata” a sus necesidades. buzos recoge la opinión de representantes de pueblos indígenas y declaraciones de organizaciones civiles de todo México diametralmente opuestas al triunfalismo presidencial, pues afirman que su situación ha empeorado, que los problemas se han agravado y los compromisos de hace cinco años están sin atender. El desengaño, afirman, es general entre los habitantes de los pueblos originarios y “afromexicanos”, que rechazan el discurso demagógico y muchas de las acciones del Gobierno Federal, y aseguran que el Presidente ha defraudado la confianza de millones de mexicanos que se identifican como indígenas, echando mano de ritos tradicionales, como la entrega del Bastón de Mando de los pueblos originarios, que han servido a la 4T como parte de un plan para hacer pasar a AMLO como el “salvador y protector” de esos pueblos y darle poder a su corcholata predilecta.
El pasado 25 de septiembre, los pueblos originarios y organizaciones civiles de todo el país señalaron, en un comunicado, que el Poder Ejecutivo sostiene una guerra permanente contra sus comunidades, denunciaron los recortes efectuados a programas que realmente los beneficiaban, la destrucción de sus recursos naturales, el desplazamiento de sus pueblos debido a la imposición de megaobras como el Tren Maya, protegidas por el Ejército y la Guardia Nacional, encargadas de sofocar cualquier manifestación de inconformidad de los pueblos afectados, así como el incremento de la pobreza entre aquellos a quienes la 4T prometió, hace cinco años, el progreso.