El seis de octubre, los palestinos, condenados por el gobierno israelí y el imperialismo yanqui a vivir prisioneros en su propio país, confinados en la Franja de Gaza y aislados por un ignominioso muro que los invasores creían impenetrable, rompieron el cerco, irrumpieron en medio de los ocupantes, penetrando por decenas de puntos la valla custodiada por soldados israelíes, demostrando a todo el mundo que es posible resistir frente a la violencia y el castigo impuestos por un invasor e incluso propinarle un merecido golpe; demostraron también que es posible recobrar la libertad, aunque los captores construyan altas y fortificadas murallas. El valor de los despojados, aislados, discriminados y presos es siempre superior al de los despojadores, ocupantes y carceleros; eso también quedó comprobado.

Los palestinos llevaron a cabo este acto de resistencia contra la ocupación y el terror sufrido por décadas con plena consciencia de la respuesta que sobrevendría por parte del ocupante, incomparablemente superior en número y armamento. La reacción del invasor ha sido la amenaza de exterminio lanzada por el gobernante israelí; ha comenzado ya y cuenta con el respaldo de su dios imperialista, el gobierno yanqui.

Con la creación de un Estado judío en un territorio ocupado hacía siglos, Occidente vio la oportunidad de asegurar su control político y militar sobre Medio Oriente. Los palestinos han resistido por décadas y no han cesado en la lucha contra la ocupación de su suelo, la invasión de su patria, el despojo de sus tierras; el gobierno israelí los ha perseguido, desplazado, muerto a sus compañeros de lucha y desmembrado a sus familias, pero la resistencia paestina ha sido indoblegable; ése es el ejemplo y la lección para todos los pueblos que viven bajo la amenaza imperialista.

Varias voces, hasta de algunos periodistas e intelectuales que se proclaman partidarios de la verdad, condenan el acto libertario de los palestinos confinados por Israel en la Franja de Gaza y los llaman terroristas, guardando silencio acerca de las atrocidades que el gobierno israelí ha cometido durante muchos años contra este pueblo después de invadir su territorio. Es más fácil guardar silencio sobre estos crímenes y llamar terroristas a las víctimas en vez de condenar a los victimarios.

Los enemigos de las injusticias cometidas en todo el mundo no pueden hacer menos que tomar partido por quienes sufren la discriminación y el Apartheid, la persecución y el encarcelamiento en su país a manos de las grandes potencias que, sintiéndose dueñas y señoras del planeta, decidieron fundar un Estado judío en tierras de Palestina; no ofrecieron tierras estadounidenses, sino ocupar un territorio contra la voluntad de sus habitantes y, después, reprimir violentamente cualquier acto de resistencia o inconformidad.

Así han sobrevivido los palestinos: despojados, aislados en una pequeña franja de lo que fuera su territorio, vigilados, espiados, sin libertad política ni los más elementales derechos; esto no lo informan intelectuales y periodistas cómplices del gobierno yanqui; seguramente esperan un premio de sus poderosos patrocinadores. 

Desde nuestras páginas, reivindicamos el derecho del pueblo palestino a la libertad y la paz en su propio suelo. El Reporte Especial de esta semana trata en detalle la última acción heroica de la resistencia palestina, las causas que la motivaron y la declaratoria de una guerra genocida lanzada por el primer ministro israelí, quien anuncia el holocausto de más de dos millones de habitantes de la Franja de Gaza.