Los directores de estos institutos responden más a cuestiones políticas que académicas porque son nombrados por los gobernantes en turno, quienes los colocan ahí como operadores presupuestales y políticos y no como profesionales de la educación interesados en la enseñanza de la ciencia y la tecnología. Si bien es cierto que en cada instituto hay juntas de gobierno, éstas se integran por autoridades que conforman el cacicazgo educativo. En los institutos del TNM tampoco se estimula la participación ni la organización grupal de los estudiantes, que son vistos como entes pasivos cuya única tarea consiste en recibir clases y no opinar sobre su formación escolar. En conclusión: a la burocracia política y administrativa de los tecnológicos descentralizados, únicamente le importa que estudiantes y docentes acaten sin objetar sus indicaciones y no causen problemas a los centros escolares y a los gobiernos.
Hasta ahora, todo esto ha funcionado aparentemente bien; pero en los procesos sociales nada dura para siempre; y 30 años de bajos salarios, prestaciones sociales irrisorias, la imposibilidad de jubilarse y la espera de una vejez miserable han gestado una bomba de tiempo en el sistema TNM que, con el reciente periodo disruptivo de la pandemia de Covid-19 y el actual proceso inflacionario, expresa con mayor frecuencia y más inconformidad de maestros y estudiantes en muchas entidades del país.
Los tecnológicos descentralizados deben evolucionar y convertirse en uno de los pilares de la ciencia y tecnología, pero para que esto suceda, deben garantizarse salarios dignos y estabilidad laboral a los profesores; y, asimismo, aceptarse que el respeto a la libre organización democrática de docentes y alumnos representa el mejor mecanismo para lograr estos objetivos, así como el de eliminar tantas corruptelas de los funcionarios públicos. Cuando la democracia ya no esté secuestrada por unos cuantos y se vuelva una realidad, México hallará la mejor forma para resolver los graves problemas que lo afectan. Por ahora ya se avizoran vientos nuevos y la salida está a la vista. Si no, al tiempo.