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El gobierno estatal de Puebla alista una inversión de 21.8 millones de pesos para construir un edificio, cuyos inquilinos no serán funcionarios, ni empresarios, mucho menos turistas, se trata de más de 200 gatos que recibirán alojamiento; mientras tanto, el 4.7 por ciento de sus habitantes sufre de hacinamiento.

La llamada Célula de Bienestar Animal, ubicada al sur de la capital, promete ser la nueva joya arquitectónica del reino felino; pero no todo es para los michis. El proyecto global, valuado en 303 millones de pesos, también contempla edificios para perros, aves, bovinos, un picadero, una morgue y un estacionamiento. Tan sólo el edificio administrativo costará casi 58 millones de pesos.

Al parecer, en Puebla es más fácil planear un hogar a un gato que garantizar comida a un ciudadano, pues de acuerdo con cifras del observatorio económico México ¿cómo vamos? El 41 por ciento de la población poblana sigue atrapada en la pobreza laboral, lo que significa que 4 de cada 10 personas no logran cubrir siquiera el costo de una canasta alimentaria mínima con lo que ganan trabajando.

Seguramente la salud de los felinos estará garantizada en el edificio con vacunas y esterilizaciones para su cuidado. Todo esto en un estado donde el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reportó una caída del 105 por ciento en la generación de empleos formales, lo que se traduce en miles de poblanos sin acceso a servicios de salud por la falta de trabajo con prestaciones.

Además del hacinamiento y la pobreza laboral, los poblanos también se enfrentan a la falta de servicios públicos, ya que sólo el 60 por ciento está conectado a la red hidráulica y sólo el 27.6 por ciento tiene acceso al vital líquido todos los días.

Mientras los gatos disfrutarán de un espacio amplio, ventilado y con un gasto semanal de 900 mil pesos en su operación, ya sea de alimentos y limpieza, en el 20.5 por ciento de los hogares poblanos aún cocinan con carbón o leña.

La obra arrancará este 31 de julio, sin mayores sobresaltos ni protestas, quizá porque la población está ocupada buscando empleo, consiguiendo agua o calculando cómo sobrevivir con salarios que no alcanzan para vivir dignamente.