La bolsa de Moscú subió un 2.7 por ciento, a pesar de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trup, advirtiera sobre la posible imposición de nuevos aranceles a Rusia si no alcanzaba un acuerdo de paz en Ucrania en un lapso de 50 días. Asimismo, anunció más envíos de armas a Kiev, esta vez financiados por gobiernos europeos.

Lejos de generar preocupación, analistas locales manifestaron que las medidas no fueron tan severas como se anticipaba; ya que retraso en la aplicación de los aranceles también brindó un respiro a Moscú.

El diario Moskovsky Komsomolets destacó una posible escalada en la confrontación con Washington, pero subrayó que el Kremlin aún dispone de tiempo para responder con medidas propias.

Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump ha intentado posicionar la resolución del conflicto ucraniano como prioridad; sin embargo, el Kremlin ha condicionado cualquier avance al cese de la ayuda militar occidental a Ucrania y al reconocimiento de sus preocupaciones de seguridad.

Por su parte, el gobierno ruso afirma que desea la paz, pero bajo condiciones que considera justas, aceptando el diálogo, pero exigiendo cambios de fondo en el enfoque occidental hacia el conflicto.

Lejos de debilitarlo, Rusia fortaleció alianzas

Para Moscú, las amenazas de Trump no alteran el rumbo. El Kremlin observa con cautela, pero sin temor. La sensación en la capital rusa es que Estados Unidos perdió capacidad de presión y que el nuevo orden global avanza sin su liderazgo.

Mientras tanto, en América Latina, analistas geopolíticos interpretaron las amenazas de Trump como un intento por recuperar influencia, aseguran que Estados Unidos ya no logra imponer su agenda como antes.

Asimismo, consideran que los aranceles solo aceleran el acercamiento de Moscú a potencias emergentes.

Por último, que las sanciones económicas y los bloqueos no debilitaron a Rusia. Por el contrario, favorecieron nuevas alianzas con China y otros actores clave fuera del bloque occidental.