Calila y Dimna es un libro de relatos y fábulas orientales; como muchos textos que se van fraguando en el imaginario colectivo, las versiones de dicho texto dependen de quién recupera los relatos y de la visión personal y filosofía del pensador que recupera algunas enseñanzas y valores que desde su punto de vista son importantes.

Las fábulas que aquí se desarrollan son muestra de una literatura profunda, que busca no sólo enseñar moral, sino que la gente reflexione sobre otro tipo de problemas, utilizando el clásico juego simbólico del diálogo entre animales para significar conceptos que precisan de cierta atención para captarlos en su totalidad. 

El primer punto que queremos rescatar es el del compromiso social. El texto empieza por el relato de un rey de la India que, alejándose de sus súbditos, se convierte en un tirano. En lugar de solucionar los problemas del pueblo se dedica a su goce personal, sumiendo a su pueblo en la miseria. Un filósofo conocido por la agudeza de su pensamiento se propone hacer entrar en razón a su rey. Este relato contiene una interesante exposición del filósofo sobre el compromiso social de aquellos que han alcanzado a vislumbrar los problemas de su tiempo. Para él no es correcto que, penetrando por medio del pensamiento en las razones profundas que hacen que el mundo se manifieste como se manifiesta –es decir, entendiendo el origen de los problemas y su razón de ser–, no se quiera participar de la transformación social que trate de resolver dichos problemas.

Segundo punto, la relación del pensamiento crítico con el poder. A pesar de la advertencia de sus alumnos, el filósofo decide presentarse directamente con el rey y exponerle honestamente sus preocupaciones y percepciones. El resultado es el esperado: el rey no se toma a bien los señalamientos del pensador, le enfurece que pongan en duda su autoridad y mandato y, como consecuencia, manda encerrar al filósofo. Al paso del tiempo el rey logra hacer una reflexión y se pregunta si es correcto castigar a alguien que en sus intenciones no se puede adivinar el afán de hacer daño, sino de aportar con sus comentarios, es cierto que crudos como la realidad misma, a que la virtud del rey mismo sea mayor. 

Este primer relato es importante porque muestra la calidad y claridad que buscan este tipo de textos. En el primer punto señalado recordamos que la exigencia de que el pensamiento demande la acción cuando así se requiera ha sido la preocupación de aquellos que han logrado un verdadero entendimiento de la relación entre el pensamiento y el compromiso social. 

En lo que se refiere al segundo punto, el propósito es aclarar algunos problemas de la relación entre el pensamiento y el poder. En primer lugar, el hecho de que el pensamiento crítico es incómodo para el poder, a ningún poder establecido le agrada el señalamiento constante de que hay cosas que es importante mejorar o corregir, o la crítica directa y radical que se opone a toda una forma de proceder en lo político. Por otro lado, reflexiona que el pensamiento para que sea realmente útil debe ser independiente del poder establecido, que para ser útil incluso al mismo poder, debiera tener la capacidad de no ser servil y alejarse de la lógica de pensar lo que el poder quiere, y de escribir solamente lo que va a ser visto con buenos ojos. Para que el pensamiento sea útil, ya no a sí mismo sino al poder incluso, debe ser un contrapeso natural que se atreva a señalar errores aun con el temor de no ser bien recibido de inicio. 

A raíz de su experiencia, el filósofo del primer relato trata de exponer con fábulas, para el entendimiento de todos, cosas profundas. Explora, por ejemplo, cuál es la naturaleza del poder, la utilidad del pensamiento, la moral, etc., demostrando que en textos de esta naturaleza se pueden encontrar rastros de enorme sabiduría que nos ayuden a pensar nuestro presente.