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En marzo de este año, 15 de las 32 entidades federativas de México reportaron caídas anuales en su actividad industrial, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), entre las que destacan Tabasco, con 17 meses consecutivos de declive, es decir, -18.8 por ciento anual, así como Michoacán y Campeche, con 13 meses a la baja respectivamente.
En el caso de Tabasco y Campeche, enfrentan una crisis vinculada a su dependencia del sector petrolero, afectada por la situación de Petróleos Mexicanos (Pemex), la disminución en la producción de crudo y la finalización de proyectos sexenales. De acuerdo con el Inegi, esta situación ha generado contracción económica, pérdida de empleos formales y un impacto negativo en comercios y servicios locales.
Por su parte, Michoacán enfrenta problemas de seguridad y estructuras que limitan el potencial de su agroindustria, agravados por la violencia y la falta de condiciones para el crecimiento.
Ante este panorama, el analista económico y financiero Héctor Magaña subrayó que la falta de inversión privada, la inseguridad y las políticas adversas son factores comunes que intensifican la crisis en estas entidades.
Asimismo, expresó que se requieren políticas públicas enfocadas en diversificar las economías locales, apoyar a empresas afectadas, ofrecer estímulos fiscales y desarrollar planes regionales que reduzcan la dependencia de un solo sector, promoviendo un entorno favorable para la inversión y el crecimiento industrial.