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Un total de 994 mil 219 estudiantes abandonaron las aulas durante el ciclo escolar 2024-2025, así lo denunció la organización Educación con Rumbo, quien detalló que la deserción estudiantil es un reflejo de la crisis educativa que vive el país. 

“Esta cifra por sí sola desmonta cualquier discurso oficial que pretenda ocultar la dimensión de la crisis educativa en México”, señaló en un comunicado Patricia Ganem, coordinadora de Educación con Rumbo. 

La cifra disminuyó solo un poco comparada con los datos del ciclo escolar pasado, cuando la deserción escolar superó el millón de estudiantes. Sin embargo, el estudio de la organización aseguró que persiste el rezago en infraestructura, la falta de conectividad y el abandono a comunidades indígenas y rurales. 

El nivel medio superior sigue siendo el más afectado por la deserción escolar, con una tasa nacional de abandono del 30.9 por ciento. Por su parte, modalidades específicas como la de Profesional Técnico, registran cifras críticas de hasta 59.5 por ciento de abandono, destacó la asociación civil. 

Las entidades más afectadas son Baja California, Colima, San Luis Potosí y Sinaloa, donde los índices superan el 93 por ciento, lo que convierte a esta opción educativa en un verdadero callejón sin salida para miles de jóvenes. Una de las posibles causas de esta situación puede estar relacionada con la escasa vinculación con el mercado laboral, dio a conocer la asociación civil. 

Además, la educación indígena con un enfoque bilingüe e intercultural está marcada por el abandono institucional y la invisibilidad estructural. Mientras que en educación primaria comunitaria apenas el 0.3 por ciento de los planteles cuenta con electricidad; en secundaria, solo el 0.9 por ciento, y ninguno dispone de internet ni de materiales adaptados para la diversidad cultural y lingüística o para estudiantes con discapacidad. 

Esta omisión sistemática profundiza la exclusión de las comunidades más vulnerables del país, concluyó Paulina Amozurrutia, Coordinadora de Educación con Rumbo, y enfatizó la urgencia de un cambio profundo en la política educativa nacional. 

“Los datos son claros: las estrategias actuales no atacan los problemas estructurales del sistema. La deserción, el abandono educativo no son inevitables; son el reflejo de la falta de acción por parte de las autoridades”, subrayó.