Foto: Agencia Estatal de Investigación

Un grupo armado busca controlar la Sierra Tarahumara para explotar yacimientos de oro, por lo que obligó a las comunidades indígenas a abandonar los poblados warijó y pima, ubicados en los municipios de Moris y Uruachi, en el estado de Chihuahua.

Desde el pasado 16 de junio y hasta los últimos días del mismo mes, se registraron ataques con drones explosivos y violencia armada en contra de las comunidades indígenas, principalmente en las rancherías: El Zapote, La Trompa, Chiltepín, La Finca, La Ciénega, Naranjito y Sahuayacancito.

De acuerdo con la población desplazada, familias enteras huyen de los homicidios, viviendas incendiadas y desapariciones. Muchos de ellos abandonaron su hogar sólo con lo que llevaban puesto, dejando cultivos, ganado y pertenencias, se trata de gente que se dedican a la agricultura, la ganadería o buscadores de oro artesanal. Asimismo, organizaciones sociales y mineras que operaban en la zona también se han retirado por seguridad.

Ante la falta de respuesta por parte de las autoridades estatales, representantes de las comunidades viajaron a la Ciudad de México, entre el 19 y 20 de junio, presentaron denuncias ante la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos; además, solicitaron ayuda para regresar a sus hogares y frenar la violencia.

Los ataques se mantienen activos en Arechuivo, San Juan, Palmarito, La Barranca, y otras localidades, alertaron a través de redes sociales los habitantes. Acusan que las autoridades se burlaron de las peticiones de auxilio y abandonaron la zona.

Por su parte, la Fiscalía de Chihuahua reportó patrullajes conjuntos de fuerzas estatales y federales en la región, sin embargo, no ha precisado el número de víctimas ni los daños materiales.