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Este jueves 3 de julio, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó un nuevo paquete fiscal de 3.4 billones de dólares impulsado por el presidente Donald Trump, el cual recorta impuestos, reduce el gasto en programas de protección social y revierte el trabajo de las administraciones previas para encaminar al país hacia una economía de energías limpias.

Durante la votación, los líderes de la Cámara se vieron obligados a mantener el proceso de decisión durante horas para poder convencer a algunos legisladores de votar en pro del nuevo paquete, de tal manera que, con 218 votos a favor y 214 en contra, es decir, una diferencia de cuatro personas, los republicanos consiguieron reducir al mínimo los impuestos y el gasto social.

De acuerdo con fuentes legislativas, Trump logró este cambio por su influencia sobre integrantes del Partido Republicano, amenazas y sesiones de cabildeo en la Casa Blanca para superar la resistencia tanto de los conservadores preocupados por el impacto del paquete en la deuda pública de Estados Unidos, como de los políticos indecisos preocupados por la magnitud de los recortes al sistema de seguridad social, como Medicaid.

Medicaid es un programa de salud pública en Estados Unidos que brinda cobertura médica gratuita o de bajo costo a personas con ingresos bajos, como familias con niños, mujeres embarazadas, adultos mayores y personas con discapacidades. Está financiado por el gobierno federal y los gobiernos estatales, pero cada estado lo administra con sus propias reglas.

Cubre servicios como consultas médicas, hospitalización, medicamentos, cuidados de largo plazo y atención preventiva. A diferencia de Medicare, que está enfocado en adultos mayores de 65 años sin importar su nivel de ingresos, Medicaid está dirigido principalmente a quienes enfrentan dificultades económicas.

En este contexto, Jason Smith, presidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara, alabó el proyecto de Trump, argumentando que trata de restablecer la cordura en un pueblo que la ha perdido, reducir el despilfarro y frenar el gasto imprudente.

“Exige que si puedes trabajar, lo hagas. Deja de pedir a las familias trabajadoras que paguen la factura de las malas decisiones de Washington”, dijo Smith.

Por el contrario, el grupo demócrata afirmó que el proyecto terminará con la asistencia médica de millones de personas que dependen de Medicaid para financiar recortes fiscales para los ricos.

Hakeem Jeffries, líder de los demócratas, advirtió que “esta legislación acabará con Medicaid tal y como lo conocemos. Los hospitales rurales cerrarán y las residencias de ancianos también”.

Asimismo, advirtió que los nuevos cambios aprobados “proporcionarán exenciones fiscales a los ricos, acomodados y bien conectados”.

A pesar de las advertencias sobre afectaciones al sistema de salud, Trump y sus aliados ahora contarán con 4.5 billones de dólares en recortes fiscales, que presuntamente servirán para impulsar el crecimiento económico estadounidense.