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Desde el año 2020, el Gobierno Federal ha destinado más recursos al pago de pensiones que a las participaciones federales otorgadas a las entidades de la República Mexicana. Esto se debe, en gran medida, al envejecimiento de la población y al estancamiento en la recaudación.

De acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), entre enero y mayo de este año, la administración de Claudia Sheinbaum desembolsó 626 mil 332 millones de pesos en el pago de pensiones y jubilaciones, lo que equivale al 17 por ciento del gasto total del sector público, mientras que sólo destinó 624 mil 39 millones de pesos a participaciones para estados y municipios.

En este contexto, Jorge Cano, coordinador del programa de gasto público de México Evalúa, explicó que estos fenómenos en las finanzas públicas se deben a que la tendencia demográfica impulsa el incremento en las pensiones contributivas, debido al envejecimiento de la población y al aumento en la esperanza de vida.

También señaló que la tendencia del gasto está relacionada con el crecimiento de las pensiones no contributivas, implementadas desde el mandato del expresidente Andrés Manuel López Obrador y mantenidas como una política permanente.

Asimismo, puntualizó que los recursos otorgados a las entidades, también llamados participaciones, han tenido un menor crecimiento debido al estancamiento de la recaudación, provocado por la caída en los ingresos petroleros.

“Tenemos un gasto en pensiones que crece muy rápido, principalmente por la dinámica poblacional y las decisiones del gobierno federal, y unas participaciones que se mantienen casi estancadas por una peor plataforma de producción e ingresos petroleros”, dijo.

Finalmente, comentó que, con base en las proyecciones demográficas de México, el gasto en pensiones experimentará un crecimiento sostenido, al menos hasta 2050.