Este volumen se integra con 30 artículos en los que José Antonio Ruiz aborda asuntos políticos, ideológicos, económicos y sociales (pobreza, explotación laboral y marginación femenil) en la España de la primera mitad del Siglo XX. Lo que más llama la atención del compendio es que en al menos la tercera parte de sus textos Azorín usa terminología socialista en un periodo (1910-1930) en el que fue militante, cinco veces diputado y en una ocasión alto funcionario gubernamental de un partido conservador monárquico. Un lustro después, la Guerra Civil Española (1936-1939) lo obligó a superar esta ambivalencia y a exiliarse en Francia, donde residió hasta 1942.
En cinco de los artículos, la adjetivación de Azorín es abiertamente izquierdista, toda vez que utiliza con frecuencia los conceptos y las figuras literario-políticas entonces en boga en Europa y gran parte del mundo debido al triunfo de la Revolución Rusa (1917) y la creación, en 1922, de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), entre ellas “poder burgués”, “explotación burguesa”, “proletariado”, “lucha de clases”, etc. En dos textos alude directamente a Carlos Marx y en otro reproduce la versión marxista de que una vez desaparecido el comunismo primitivo sobrevinieron el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo.
José Antonio Ruiz recuerda que las guerras son promovidas por las clases propietarias en el poder y que son los obreros, los campesinos, los empleados comerciales y burocráticos quienes las hacen y mueren; que la Revolución Francesa de 1789 fue hecha para empoderar a la burguesía europea; que un escritor rumano dijo que “Bonaparte descendió a Napoleón” cuando se declaró emperador; y que la versión en español de la Utopía, de Tomás Moro, en 1673, fue prologada con encomio por Francisco de Quevedo y Villegas, el temprano crítico de la monarquía española en el Siglo XVII y autor de El Buscón don Pablos.
En el artículo Tendencia a mejorar, Azorín escribió: “La guerra, la profunda conmoción de la guerra, ha hecho que el movimiento social se precipite. Socialismo, sindicalismo, democracia revolucionaria; todo es, en el fondo, una misma cosa. Todos son tendencias convergentes al mismo objetivo. Los políticos que pretenden destruir o paliar una de estas tendencias oponiéndole otra realizan un juego estéril. Recordamos haber leído que estando Proudhon procesado en cierta ocasión, el juez le preguntó qué entendía por socialismo. Proudhon contestó: socialismo es todo lo que tiende a mejorar las clases obreras”.
En otra de sus reflexiones, dijo: “En el fondo tendréis que la propiedad siempre será propiedad. Y que para que la propiedad sea función social será preciso que la propiedad sea de todos; es decir, que la propiedad no sea propiedad”. Azorín nació en 1873 en Monóvar, Alicante, y murió en Madrid en 1967. Formó parte de la Generación del 98, integrada también por Miguel de Unamuno, Ramón María del Valle Inclán y Pío Baroja. Escribió novelas, teatro, ensayo y crónica periodística. Sus libros más conocidos son Las confesiones de un pequeño filósofo (1904), La ruta de Don Quijote (1905), Don Juan (1922), Pueblo (1930), El escritor (1942) y En lontananza (1961). Andando y pensando fue compilado en 1929.