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Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) presentaron un estudio pionero sobre los microsismos en Ciudad de México, los cuales han sacudido principalmente el poniente de la capital, afectando alcaldías como Benito Juárez y Coyoacán, por mencionar algunas.
De acuerdo con los especialistas, las fallas de Barranca del Muerto y Mixcoac, separadas por apenas 800 metros, están conectadas y la actividad en una de ellas influye directamente en la otra. Además, los científicos detectaron señales que confirman la presencia de sismos lentos en el subsuelo de la CDMX. Estos sismos consisten en un deslizamiento gradual que puede extenderse durante meses, sólo perceptible mediante instrumentos especializados.
El estudio también reveló que, tras la ocurrencia de un sismo lento, se desencadena una secuencia sísmica perceptible, la cual genera los microsismos. La investigación proporcionó una comprensión más clara de los sismos originados en Ciudad de México, lo que podría ayudar a las autoridades a tomar decisiones informadas sobre la protección civil.
Aunque los científicos destacan que los sismos con epicentro en el oeste de la ciudad no son un fenómeno reciente, sino parte de la actividad sísmica natural de la región, el estudio ofrece una visión más precisa sobre estos eventos.