Las actuales condiciones del mercado podrían estar haciendo que más de 90 naciones abandonen al dólar como divisa de intercambio internacional, para abrir lugar al yuan, el rublo o la rupia. Esta tendencia supone un cuestionamiento hacia el orden financiero construido alrededor de Estados Unidos.
La nueva tendencia se debe, en gran medida, a que los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) intensificaron sus estrategias de desdolarización con medidas concretas, como la transición hacia monedas locales.
En este contexto, Reza Farzin, gobernador del Banco Central, informó que la institución que lidera concluyó “un acuerdo monetario con Rusia y eliminó completamente el dólar estadounidense”.
En India y Rusia, este proceso ya reportó sus primeros resultados favorables, toda vez que el comercio bilateral entre dichas naciones pasó de un volumen de 13 a 27 mil millones de dólares por la adopción de pagos en rupias. Mientras tanto, en Brasil se establecieron intercambios directos entre el real y el yuan chino, respaldados por la integración del sistema de pago asiático en las instituciones bancarias brasileñas.
Gracias a estos cambios en las operaciones de comercio y banca, el rublo pasó de representar el 10 al 40 por ciento de las exportaciones. Los BRICS también desarrollaron un mercado de pago transfronterizo que ya permite a más de 50 países optar por una alternativa al SWIFT.
Sumado a la nueva tendencia iniciada por los BRICS, la Comunidad de Estados Independientes (CEI), dentro de los que se incluye a Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajistán y Uzbekistán, realiza más del 85 por ciento de sus transacciones transfronterizas en monedas locales.
Por otra parte, en el sector energético, específicamente en Arabia Saudita, se comenzó a aceptar el yuan para ventas de petróleo, mientras que India paga sus importaciones desde Rusia en rupias, sin necesidad de utilizar la divisa estadounidense.
Si bien la nueva dinámica parece estar bien encaminada, los analistas aún debaten si logrará un reequilibrio económico o solo reforzará la división geopolítica.