Con su pluma, Anatole France expuso y profundizó en los problemas de la humanidad, mostrando que la literatura ayuda a entender la complejidad de la condición humana y, por lo tanto, se sumerge en una reflexión que, como la filosofía, nunca es vacía si se trata de exponer las condiciones que hacen que la vida humana se manifieste como la conocemos. Expresar la riqueza de la existencia humana, así como una de sus contradicciones elementales, la de que formamos parte de una historia universal aunque expresada en un momento y espacio determinado, no es tarea fácil, y los grandes escritores nos dan pinceladas magistrales de ello.
Anatole France (1844-1924) fue un escritor francés. Era prolijo en los temas sobre los que escribía, como en la forma de tratarlos. Podemos contarlo como uno de los grandes escritores franceses que se crearon a la luz de un periodo turbulento, de un tiempo que forzó a los artistas a exponer aún con mayor fuerza la necesidad de la obra de arte para expresar los tiempos contradictorios en los que vivieron.
Su humanismo se nota en la participación política de la época. No dudó en apoyar a su amigo Émile Zola en la exposición del famoso caso Dreyfus, en donde el capitán Alfred Dreyfus fue acusado de traición lo que se reveló como falso. Dicho caso sirvió como muestra de los problemas que provenían de un Estado de Derecho que se usaba para legitimar los abusos de la clase en el poder.
En La isla de los pingüinos, France relata, de manera satírica una hipotética historia en donde los pingüinos de una isla se someten a un desarrollo histórico que parece semejante al nuestro. En este libro, se analiza la historia de unos animales que construyen una sociedad, viendo cómo hay cosas que surgen de manera tan similar a nuestra historia como si de un proceso fatal se tratara. Aprovecha France para criticar a la Francia de su tiempo, la moral, las costumbres, las creencias, etc.; en general, la forma en que la sociedad va materializándose en la historia a través de una mezcla de las decisiones que como sociedad se toman y de la necesidad interna de cada pueblo; una mezcla entre las condiciones que crean seres humanos de cierto tipo y lo que modifican esos individuos para cambiar la historia.
En otro texto llamado La rebelión de los ángeles, France ilustra un tema muy recurrente en la historia de la literatura en particular y del arte en general, éste es el de la relación de dios con su creación. Lo curioso aquí es que esto se hace poniendo como personajes principales a los ángeles, aquellos seres que están en contacto tanto con el mundo terrenal como con el plano celestial. Se centra la historia en un ángel de la guarda que no tiene mucho trabajo con su encomienda; a falta de mejor cosa que hacer se dedica a la lectura, pero ésta le hace cuestionarse cosas que hasta ese momento no se le habían pasado por la cabeza. De entre todos los textos hay uno que le llama la atención: De la naturaleza de las cosas, el famoso libro de Lucrecio. En él encuentra nociones que son muy contrarias a su propia naturaleza, pero que son muy razonables, y por medio de ellas empieza a dudar de una deidad que en el fondo tampoco es muy clara con él y sus semejantes. Incluso en un ambiente tan controlado como el presupuesto empiezan las dudas a aparecer, ¿quién lo ha visto?, ¿es verdad que es lo que dice ser?, ¿cuál es nuestro propósito?, ¿cuál es el de él? La fuerza del pensamiento hace que, por medio de la lectura, los ángeles cobren conciencia de sí mismos y empiecen a cuestionar lo establecido, cobran conciencia de que se merecen más que simplemente obedecer a un ser que, si bien era probable que le debieran su existencia, no había probado ante ellos su racionalidad, su razón de ser.
Así como en el texto comentado, los textos de Anatole France nos sumergen en una reflexión que hace que tomemos conciencia de nosotros mismos, en donde el resultado será la elevación de nuestro propio pensamiento.