La embajada de Estados Unidos (EE. UU.) en Panamá anunció el reemplazo de torres de comunicaciones de Huawei Technologies Co. por tecnología estadounidense “de confianza”, con el objetivo de “contrarrestar” la creciente influencia de China en la región.
Este proyecto, que cuenta con una inversión de ocho millones de dólares financiados por el gobierno de EE. UU., se desarrollará en colaboración con el Ministerio de Seguridad Pública de Panamá. La iniciativa se enmarca en una estrategia más amplia de Washington para limitar la presencia tecnológica china en América Latina, argumentando preocupaciones sobre la seguridad nacional.
China, por su parte, ha intensificado sus esfuerzos para consolidar su influencia en América Latina y el Caribe, desplazando a Estados Unidos como principal socio comercial de Sudamérica. En 2024, el comercio chino-sudamericano alcanzó los 518 mil millones de dólares, y se proyecta que superará los 700 mil millones para 2035, según economistas citados por Americas Quarterly.
En mayo de 2025, el presidente Xi Jinping presentó un plan de acción 2025-2027 con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) durante el Foro China-CELAC. Este marco, basado en cinco pilares: Solidaridad, Desarrollo, Civilización, Paz y Conectividad entre Pueblos; lo cual institucionaliza la presencia de Beijing en la región, generando inquietudes sobre la soberanía de los países latinoamericanos y la seguridad estratégica de EE.UU.
Huawei, con sede en Shenzhen, no ha emitido comentarios sobre el reemplazo de sus torres en Panamá, aunque históricamente ha rechazado las acusaciones de EE. UU. sobre que sus productos representen un riesgo para la seguridad.
Mientras tanto, las tensiones entre Washington y Beijing también se reflejan en el Canal de Panamá. El presidente estadounidense Donald Trump ha instado repetidamente a Panamá a reducir la influencia china en esta vía marítima estratégica, incluso ha amenazando con retomar su control. Sin embargo, el presidente panameño, José Raúl Mulino, ha reafirmado la soberanía nacional sobre el canal, rechazando dichas presiones.