Suman cerca de 120 arrestos, más de 30 automóviles incendiados y por lo menos 14 personas hospitalizadas, así transcurre el tercer día de movilizaciones contra las redadas migratorias en Los Ángeles, California, en Estados Unidos (EE. UU.), ordenadas por el Gobierno Federal, encabezado por el presidente Donald Trump.

Las protestas comenzaron desde el pasado viernes 6 de junio, en Paramount y Compton, al sur del condado de Los Ángeles, luego de que agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) irrumpieran en múltiples vecindarios con operativos sorpresa. Asimismo, los uniformados han increpado a los manifestantes con gases lacrimógenos y balas de goma.

El presidente Donald Trump ordenó el envío de dos mil soldados de la Guardia Nacional tras asegurar que la ciudad había sido “invadida por extranjeros ilegales y criminales”, y calificó las manifestaciones como “acciones terroristas de la izquierda radical”.

Por su parte, la alcaldesa Karen Bass y el gobernador Gavin Newsom rechazaron la narrativa del mandatario y lo acusaron de alimentar el conflicto con un discurso incendiario.

Organizaciones de derechos humanos y grupos migrantes advirtieron sobre un uso excesivo de la fuerza y denunciaron detenciones arbitrarias, especialmente en vecindarios latinos. “Esta no es una operación de seguridad. Es una cacería”, declaró Marisol Díaz, abogada del Centro de Justicia para Migrantes.