Alumnos de la Escuela Normal Rural Mactumactzá mantienen un bloqueo en Paseo de la Reforma y la avenida Insurgentes desde hace casi 20 horas, la manifestación responde al presunto asesinato de su compañero Jesús N. el pasado 15 de mayo en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
La protesta ha provocado el cierre de vialidades en los carriles centrales desde la Glorieta de las Mujeres que Luchan hasta el Ángel de la Independencia, así como desde San Cosme hasta la Glorieta de Insurgentes, en la alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México (CDMX).
Debido a la movilización, las líneas 1 y 7 del Metrobús presentan afectaciones y sólo operan de manera parcial por el cierre de varias estaciones; por lo que la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) sugirió tomar precauciones, salir con anticipación y utilizar vías alternas como avenida Chapultepec y Circuito Interior.
De acuerdo con los normalistas, la muerte del estudiante Jesús N. ocurrió tras efectuarse un disparo por parte de los elementos del grupo policial “PAKAL”; quienes también detuvieron de manera arbitraria y agredieron físicamente a dos de sus compañeros; también, denunciaron el hostigamiento por parte de los uniformados.
Para levantar el bloqueo, los estudiantes exigen una reunión con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, con el objetivo de solicitar una investigación adecuada y rechazar públicamente la responsabilidad que las autoridades de Chiapas les han atribuido por la muerte de su compañero, sin haber realizado las diligencias necesarias.
A través de un comunicado, el Centro Minerva Bello condenó la muerte del estudiante Jesús N., quien perdió la vida a causa de una fractura craneal presuntamente ocasionada por el impacto de un proyectil lanzado por elementos policiales en Chiapas.
Aseguró que este hecho no sólo refleja un uso excesivo de la fuerza pública, sino que también constituye una grave violación a los derechos humanos de los estudiantes de la Escuela Normal Rural Mactumactzá.
“El uso de gases lacrimógenos, diseñado para dispersar multitudes, se convierte en un arma letal cuando es empleado de manera indebida. El impacto directo de una lata de gas lacrimógeno puede provocar lesiones graves e irreparables, como lo ocurrido en este caso”, señaló en el comunicado.
Agregó que el caso de Jesús N. no es aislado, el Centro Minerva recordó que, en 2020, un estudiante de la Normal de Ayotzinapa también resultó gravemente herido tras recibir el impacto de una lata de gas lacrimógeno en la cabeza, en un hecho similar atribuido a fuerzas policiales de Chiapas.
Por último, reiteró su solidaridad con los estudiantes normalistas e hizo un llamado a las autoridades para que garanticen la seguridad y los derechos humanos de los manifestantes, previniendo futuros actos de violencia por parte de las fuerzas de seguridad.