De cada peso que ingresa a México bajo el concepto de remesas, 88 centavos se destinan directamente al consumo, por lo que la deportación de migrantes y la nueva tarifa aplicable a estos envíos, impulsada por el presidente estadounidense Donald Trump, afectarán los ingresos de las familias mexicanas.
De acuerdo con Eduardo Loria, coordinador del Centro de Modelística y Pronósticos Económicos (Cempe) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM): “el efecto de las remesas sobre el consumo es mucho más importante que el ingreso disponible”.
Explicó que un hogar receptor de remesas cuenta con un ingreso aproximado de 11 mil pesos mensuales, dado que cada envío realizado por un migrante desde Estados Unidos equivale, en promedio, a 550 dólares, considerando un tipo de cambio de 20 pesos por billete verde.
De esta manera, según dijo el catedrático e investigador, a medida que desaceleren las remesas por el incremento de las deportaciones, la aplicación de gravámenes o la apreciación del dólar, el consumo privado en México se verá seriamente afectado.
En este sentido, refirió que el ingreso promedio mensual de las familias receptoras de remesas es de 11 mil pesos, es decir, el doble de la percepción necesaria para no ser considerado un hogar en situación de pobreza, lo que les permite contar con recursos suficientes para salir de dicho estrato social.
De acuerdo con el extinto Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el ingreso promedio de los hogares en situación de pobreza es de cuatro mil 680 pesos.
Finalmente, Loria afirmó que las remesas ayudan a mejorar las condiciones de vida de las familias, así como su posibilidad de salir de la pobreza, pues les otorgan mayores oportunidades de movilidad social y laboral.